Luego que hace 74 años se instituyera el 31 de octubre como El Día de la Canción Criolla por el entonces Presidente de la República Manuel Prado Ugarteche, muchas generaciones de exponentes de géneros musicales como el vals peruano, la marinera o canto de jarana, el tondero y el festejo nos han deleitado y continúan haciéndolo, con una variada e inolvidable colección de música que constituye el alma, vida y corazón de nuestra identidad nacional.
Cómo olvidar a la Reina y Señora de la Canción Criolla, Jesús Vásquez; la Morena de Oro del Perú Lucha Reyes; Chabuca Granda, el Zambo Cavero; al cantor del pueblo Luis Abanto Morales; la Primera Guitarra del Perú, Óscar Avilés; Lucila Campos, Mario Cavagnaro, Augusto Polo Campos y una extensa lista de autores y compositores peruanos que pese a que ya no nos acompañan físicamente continúan tributando su homenaje a la patria y a nuestra herencia cultural.
Actualmente son consideradas como referentes de la Música Criolla Eva Ayllón, Lucía de la Cruz, Cecilia Bracamonte, Cecilia Barraza, Bartola, entre otras mujeres y varones que con este arte popular contribuyen al afianzamiento de una conciencia nacionalista.
En Chiclayo, también contamos con compositores que dejaron huella como Luis Abelardo Takahashi Núñez con su rica contribución artística y cultural; autor de valses como el “Embrujo”, “Mal Paso” “Con locura”, “Imaginación” y “Ansias” o marineras como “Saca chispas” y “Que viva Chiclayo” entre otros.
La esquina del movimiento
En un diálogo con el reconocido músico Máximo Antonio Gonzáles Quiroz, Presidente de la Asociación de Músicos del Departamento de Lambayeque conocidos como la “Esquina del Movimiento” ubicada entre las antiguas calles Siete de enero y Pedro Ruiz; nos expresa que el 31 de octubre era una fiesta esperada con mucho entusiasmo por los habitantes de esta norteña ciudad. “Con el paso del tiempo esto ha ido cambiando porque ha ido desapareciendo el uso de los instrumentos musicales, ya no tenemos banyistas o gente que toque el banjo, el triple o el arpa (…) eso es lo que queremos impulsar en los jóvenes herederos de la música criolla”, destaca agregando que son escasos los maestros del banjo para que dicten clases a los jóvenes y no se pierda la tradición.
Reconoce asimismo, que está volviendo la tradición, a pesar que existen instituciones públicas como los gobiernos locales que no apoyan a que se difunda esta manifestación artística cultural.
“Se desconoce que existe una Esquina del Movimiento hace más de 50 años donde músicos de diferentes partes de la región Lambayeque, hicieron y hacen bailar y contagiarse de ese inigualable repertorio del cancionero peruano a centenares de familias tradicionales de la ciudad”, comenta.
Refiere que el músico Eduardo Sialer Pisfil, profesor de la Escuela Superior de Música “Ernesto López Mindreau” de Chiclayo, está presentando nuevos valores del criollismo en esta ciudad.
Igualmente indica, que en local de la “Esquina del Movimiento” se está dictando un taller de marinera y buscan posteriormente a precios módicos, brindar cursos para aprender a tocar guitarra, cajón, banjo y órgano.
Invoca a los docentes delas instituciones educativas y centros superiores de estudios ir sembrando esta rica manifestación de nuestro acervo cultural norteño. “A través de concursos de música criolla en la que compitan entre alumnos, se debe ir conformando sus peñas criollas y revalorar lo nuestro”, comenta.
Música en Palacio de Gobierno
El cuajado músico, recuerda la invitación que recibieron para trasladarse a Palacio de Gobierno en Lima para cantar al expresidente Alan García. “Fuimos cuatro músicos chiclayanos invitados por el expresidente García, una semana antes de la celebración del Día de la Canción Criolla”, evoca con gran nostalgia y recuerda a músicos netamente norteños integrantes del grupo Los Mochicas y Los Chiroques.
Al mismo tiempo menciona canciones, que remecen de emoción a los chiclayanos como “A ti Chiclayo” “Mal Paso” y la canción de José Escajadillo “Hay un Pueblo llamado Chiclayo”, este último es un himno nuestro, dice.
Refiere asimismo, que existen muchas familias y empresas de esta ciudad que continúan celebrando su cumpleaños, aniversarios, almuerzos o lanzamiento de la promoción de sus productos contratando una peña criolla. “Aquí vienen a contratar por una hora o dos, un trío criollo”, afirma.
Agrega que por ejemplo, las promociones del emblemático Colegio San José de esta ciudad, siempre los contratan durante su aniversario institucional.
Jóvenes cultores de la música criolla
Por su parte el profesor responsable del Taller de Cajón y Música Criolla de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo (USAT), Iván Santa María Saavedra, nos comenta que existen muchos talentosos alumnos (mujeres y varones) de la USAT, cultores de la música criolla.
“Hay chicas que cantan muy lindo y tocan también varios instrumentos como cajón, e inclusive algunos que trabajan y pertenecen a orquestas. Hay mucho talento no sólo en la música sino en la danza”, informa.
Es así que en el segundo ciclo de este año, se tuvo la iniciativa de formar el taller de música criolla a fin de conformar la Peña Criolla USAT y, se espera que en octubre próximo y durante el aniversario de esta alma mater, se tenga algo especial para mostrar al público.
Iván Santa María,nos detalla que la idea de conformar un peña criolla nace porque se cuenta con un elenco de danzas y cuándo se presentan con el taller de cajón, se presentaba un festejo y la acompañaban con el cajón, pero al bailar una marinera o un festejo no existía un marco musical en vivo.
También manifesta, que al existir un buen número de estudiantes habilidosos se creyó conveniente aprovechar la oportunidad para formar un elenco musical criollo, que permita representar a la universidad en diferentes escenarios.
“Soy un difusor de la música criolla y estoy muy preocupado en motivar a los jóvenes para que sigan cultivando este género, que garantice su permanencia en el tiempo”, anota agregando que muchos dicen yo soy muy buen guitarrista o cajonero criollo, pero no se preocupan por formar nuevos cuadros de seguidores.
“La música criolla necesita de una dosis de juventud”, apunta.
Al mismo tiempo, advierte que a los jóvenes les gusta porque les evoca momentos de alegría compartidos en su seno familiar con sus padres o abuelos. “Muchos han convivido con la música criolla, pero nos han vendido la idea que es un género que no es comercial y la mayoría de jóvenes opta por integrar una orquesta de cumbia o rock, pero en el fondo llevan su amor por la música criolla”, señala.