Chiclayo enfrenta un desafío creciente en su infraestructura vial. Las veredas de la ciudad, tradicionalmente destinadas al tránsito peatonal, ahora sirven de estacionamientos y paraderos informales que exacerban la congestión y dificultan el flujo vehicular.

En un recorrido, La Industria pudo constatar como en pleno centro de Chiclayo, específicamente en la avenida Balta, camionetas y motocicletas se estacionan en las veredas, en horas de la noche, sin control alguno.

Ante ello, el regidor Fernando Fernández Gil también señaló con preocupación que “Chiclayo es tierra de nadie [...] vemos las financieras y todo el mundo pone sus motos lineales en zonas rígidas, a vista y paciencia”.

Fernández también indicó, “mototaxistas operan a su antojo en el centro de la ciudad, sin la presencia de inspectores de tránsito que puedan intervenir ¿Qué resultados da la gerencia de Transportes en los últimos 11 meses? Sobre la modificación de zonas rígidas voy a hablar un mes y voy a ver si hay sostenibilidad”. Por su parte, el regidor Rogerio Custodio Cachay reconoció el caos vehicular existente y mencionó la presencia dominante de paraderos informales, como el de Monsefú, que ocupa extensos tramos de calles céntricasAsimismo, denunció que cuando se realizan operativos, sorpresivamente no encuentran ocupadas las zonas por los transportistas informales porque supuestamente “les avisó el pajarito”. A su vez, el concejal Orlando Puell Varas hizo visible sus dudas sobre la creación de zonas de estacionamiento en áreas altamente congestionadas, como las esquinas de Bolívar y Arica, donde señala es el “corazón de la informalidad”.

Finalmente, la regidora Giovana Sabarburu Torres mencionó la avenida Luis Gonzales como un ejemplo, donde supermercados con estacionamientos propios podrían ver sus frentes convertidos en paradas de taxis al no respetarse las zonas rígidas.