El sufrimiento continuará. Las últimas lluvias que cayeron en la región no solo dejaron afectados y damnificados (con sus viviendas), también desnudaron una vieja realidad que se conocía a gritos, pero que nadie exigió se solucione: decadencia del sistema de desagüe.

 

Inmediatamente después de la primera lluvia, los múltiples colapsos del alcantarillado en diversos puntos de la ciudad, perjudicaron a centenares de familias, las mismas que conforme fueron pasando los días, casi se acostumbraron- en muchos casos- a convivir por varias semanas con las aguas servidas al interior de sus viviendas, calles y avenidas.

 

Tomando en consideración que la primera gran lluvia que cayó sobre Chiclayo fue el 9 de marzo del presente, en los últimos días La Industria indagó con la Empresa Prestadora de Servicios de Saneamiento de Lambayeque (Epsel) ¿cuál es la verdadera situación del servicio de desagüe? ¿Cuántos son los afectados? ¿En qué tiempo se acabaría este ‘calvario’ para miles de familias?

 

Al respecto, La Industria entrevistó a Roberto Vallejos Cortez, coordinador técnico, especialista en Gestión de Riesgos de Desastres y Adaptación al Cambio Climático de la gerencia de Operaciones de Epsel, quien explicó ampliamente cuál es la solución que esta empresa trata de poner en marcha.

 

Vallejos indicó que en el diagnóstico rápido del estado situación de las redes de alcantarillado sanitario colapsadas en la ciudad de Chiclayo que requieren ser renovadas debido al impacto de lluvias intensas, se tiene 45 hundimientos, lo cual se traduce en 7 337.07 metros lineales de hundimiento de tubería.

 

Un diagnóstico similar en el distrito de José L. Ortiz arroja 11 hundimientos (1 152.20 metros lineales de tubería); en Ferreñafe se registran 4 hundimientos (700 metros lineales de tubería); en Túcume 6 hundimientos (360 metros lineales de tubería); y en Íllimo se contabilizó 7 hundimientos (485 metros lineales de tuberías), entre otros.

 

“Los hundimientos se registran en los colectores primarios y secundarios. Se trata de tuberías antiguas de concreto. Es probable que aparezcan más hundimientos, porque una vez que se terminen los trabajos de empalme en el colector Norte- Centro (Prolongación Av. Belaúnde con Av. Progreso), bajarán los niveles de los emisores, pero producirán otros hundimientos”, sostuvo Vallejos.

 

Todo este problema gigante (10 kilómetros de tubería hundida) requiere un trabajo de mitigación, los mismos que según los primeros cálculos de Epsel bordearían los S/ 40 millones.

 

“Hablamos de 32 mil conexiones domiciliarias afectadas con estos hundimientos (que causan los colapsos), si lo multiplicamos por 4 personas por cada conexión (familia) hablamos de 100 mil personas. El gran cuello de botella lo tenemos en Chiclayo, donde el colector Norte- Centro (de 40 pulgadas de diámetro) nos ha generado varios problemas. En esta zona (Chiclayo) se calcula de 25 a 30 mil conexiones afectadas, es decir, unos 80 mil afectados”, precisó.

 

En este contexto se le preguntó al funcionario de Epsel ¿por qué demoraron en bajar los niveles de desagüe en las zonas colapsadas? Y dijo que esto se debe a dos razones.

 

“La principal es porque no se concluyen los trabajos en el emisor Norte-Centro (al cierre de esta nota aún no terminaban) y la segunda es porque los colectores que recogen las aguas residuales de las zonas donde no bajan los niveles, las tuberías se encuentran hundidas y no permiten que las aguas salgan, por eso es muy necesario y urgente la intervención (trabajos de mitigación) para poder renovar estos colectores primarios que van a conducir las aguas hacia los emisores y finalmente a las lagunas de oxidación”, mencionó.

 

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Frente a este escenario, se consultó ¿en qué tiempo se convocará la licitación para la elaboración del expediente técnico? el mismo que determinará, entre otras cosas, el costo de los trabajos y el tiempo que demorará la ejecución de estos.

 

“Se firmará un contrato con un tercero para que elabore este expediente técnico de renovación de todos estos colectores hundidos, estimamos que más o menos entre 45 a 60 días se tenga el expediente completo”.

 

Cabe precisar que, luego de elaborar el expediente técnico (que demoraría hasta dos meses), vendría la etapa de ejecución del mismo (trabajos), los cuales podrían demorar otros meses más (eso lo determinará el expediente técnico).

 

Otro tema que concluirá el expediente técnico es el costo de los trabajos, los cuales según el diagnóstico rápido de Epsel se estiman que serían S/ 40 millones.

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Completamente conscientes de que la ejecución de los trabajos de mitigación demorará meses, Epsel comunicó que destinarán su maquinaria operativa para ir renovando las zonas más álgidas.

 

“En realidad ya lo venimos haciendo. Tenemos intervenciones en Túpac Amaru, La Primavera, etc. donde estamos trabajando. No nos quedaremos con los brazos cruzados (mientras elaboran el expediente y empiezan las labores de mitigación). No podría cuantificar con cuantos se avanzaría a mitigar con nuestra maquinaria, pero sí aseguramos abrir varios frentes de trabajo, sobre todo en los puntos más vulnerables”, señaló.

 

Por último aceptó que este problema (colapsos) no se va a solucionar de la noche a la mañana “acuérdense que en esto influye que no se haya ejecutado la obra de renovación de las redes del centro de Chiclayo, cuya tubería ya cumplió su ciclo de vida útil”.

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