Pese a la corta ausencia de lluvias en la región, algunos centros poblados continúan aislados y sus ciudadanos se encuentran limitados para acceder a distintos servicios como el médico o de educación.

 

Ese es el panorama del centro poblado La Compuerta, del distrito Oyotún, en donde viven 2 500 ciudadanos. La afectación de la crecida del río Zaña pudo haberse evitado con la construcción de un puente, pero hasta el momento se desconoce el destino de dicho presupuesto, señaló el morador y docente Roger Lozada.

 

“Es un tanto desesperante la situación porque en realidad el pueblo de La Compuerta tenía proyectado un puente como el centro poblado Sorronto, y la verdad nos preocupa saber a dónde fue ese presupuesto”, indicó.

 

Precisó que el aislamiento en el que actualmente se encuentra la población ha perjudicado el transporte de productos agrícolas, como “uva, espárragos, maíz y arroz porque se va quedar ahí y se va a malograr”.

 

Todo ello debido a la falta de acceso a los servicios médicos, la mayoría situados en Chiclayo, y que pone en riesgo la vida de tres pacientes críticos quienes pagan hasta 100 soles por día para atenderse en el Hospital Regional de Lambayeque.

 

El servicio educativo es otro problema en tanto los caminos continúen inaccesibles para llegar a los colegios.

 

El acceso a la atención médica de 800 ciudadanos del centro poblado La Colorada, del distrito de Mórrope, también se encuentra en peligro, esto después de que su posta médica haya soportado las lluvias del ciclón Yaku y el Fenómeno El Niño.

 

La población no cuenta con los medios económicos para ser atendida en la ciudad, por lo que su alcalde, Natividad Peche Siesquén, pidió su inmediata reconstrucción.

 

Pero el establecimiento médico no es el único afectado, la autoridad contó que las infraestructuras que también significan un peligro para la población pertenecen al programa Cuna Mas, la institución educativa primaria secundaria José Faustino Sánchez Carrión, el colegio Inicial N°191, y el centro artesanal, este último quedó totalmente destruido, afirmó Peche.

 

No solo las familias continúan conviviendo con aguas servidas dentro y fuera de sus domicilios. El problema del alcantarillado alcanzó también a los centros educativos, como es el caso del colegio particular Monseñor Ignacio de Orbegozo, el cual alberga a 192 alumnos.

 

Los profesores y padres de familia pidieron la presencia de la autoridad.

 

“Desde que empezó la lluvia, nosotros como moradores de Ciudad del Chofer pudimos desaguar el agua de lluvia, pero la segunda vez ya se acumuló agua de desagüe que viene de la parte alta de Simón Bolívar, y no es justo porque en el colegio hay niños y adolescentes.

 

(Las autoridades) nos están ignorando, quizá no sepan que esta urbanización existe”, dijeron.