Ha pasado casi una década desde que se ejecutó la escandalosa y millonaria obra de los 12 pueblos jóvenes del sector Villa Hermosa y a pesar de que se instaló redes de agua potable a domicilio, el líquido elemento nunca llegó las 24 horas del día.
Hoy, esto obliga a los vecinos a realizar una serie de maniobras para consumir agua, pues ya se cansaron de pedir que las autoridades del distrito de José Leonado Ortiz solucionen este problema.
Uno de estos sectores es el pueblo joven San Borja, donde alberga a unas 200 familias desde hace 22 años. Aun cuando en sus viviendas cuentan con tuberías de agua y pagan cada fin de mes sus recibos a la Entidad Prestadora de Servicios de Saneamiento de Lambayeque (EPSEL), los moradores solo cuentan con agua dos horas al día
Este problema técnico se dio durante la gestión de Humberto Acuña Peralta en el Gobierno Regional, es decir, la obra fue mal construida y le costó al Estado 23 millones de soles.
Tras recorrer el pueblo joven San Borja, entrevistamos a su dirigente, Melva Hoyos Vallejos, quien nos comentó que sus vecinos, en su desesperación, construyeron un pozo tubular para poder acceder al agua.
PÉSIMO SERVICIO
Sin embargo, dijo que en este pueblo joven es un lujo que una casa tenga pozo tubular, ya que hay familias que no tienen posibilidades económicas y por ello se acuden a una antigua noria para poder consumir agua.
Melva Hoyos nos comenta que cuando instalaron las redes de alcantarillado en el pueblo joven San Borja, ellos creyeron que sus vidas cambiarían luego de haber estado haciendo colas en una pileta para llenar sus baldes con agua, pero al final este sueño se terminó convirtiendo en una pesadilla debido a que al estar mal hecha la obra ahora tienen que usar sus propios recursos económicos para suministrarse del líquido elemento cada día.
“Cuando se ejecutó la obra, la empresa constructora trató de clausurar las piletas y las norias que antes utilizábamos, pero nos opusimos sin imaginar que sucedería este problema que actualmente afrontamos. Ahora tenemos dos piletas a las que acudimos a diario para llenar nuestros baldes con agua, otros vecinos van a la noria, pero lo más indignante es que pagamos a EPSEL por un servicio que no nos satisface al 100%”, dijo Melva Hoyos.
Continuando con nuestro recorrido, también entrevistamos al vecino Narciso de la Cruz Llaguento, quien es uno de los fundadores del pueblo joven San Borja. Él nos comentó que por más que han hecho sus denuncias, a la fecha ninguna autoridad, ni la misma EPSEL, han podido solucionar el problema del servicio de agua.
“Lo que más me indigna es que EPSEL nos cobra los recibos solo porque el agua llega a las piletas, porque a los caños que tenemos en nuestras viviendas no cae ni una sola gota. Es lamentable que se haya invertido millones de soles en una obra que nunca nos benefició”, dijo Narciso de la Cruz.
El poblador Santos Sánchez Paz es otro vecino que se pronunció por el pésimo servicio de agua potable que hay en San Borja, y ante este problema se vio obligado a realizar un pozo tubular para tener agua.
“No solo pago mi recibo de agua cada fin de mes a EPSEL, sino que también gasto más energía eléctrica debido a que he tenido que yo mismo instalar mi propio sistema de suministro de agua, a través de un pozo tubular, y la bomba trabaja casi todo el día e incluso para ahorrar energía he tenido que instalar un tanque subterráneo de agua para almacenar agua”, detalló el morador.