Las personas con discapacidad tienen serios problemas para trasladarse por las veredas de Chiclayo, debido a la imprudencia de los transportistas.
La falta de cultura en los conductores y la ausencia de una fiscalización municipal, conlleva a que las veredas sirvan de estacionamiento vehicular.
La representante de Emprendedores Solidarios de la región Lambayeque (Emsolam), Janeth Irigoyen Muñoz, a diario se enfrenta con varios conductores. Ella se traslada en su silla de ruedas, pero el problema se repite en un sin número de calles, además de rampas.
“Hoy estuve una hora recorriendo las calles y me encontré con esta realidad. Chiclayo retrocede y nadie se interesa. En la calle Juan Cuglievan, por ejemplo, todo es un desastre”, explicó.
Una persona con discapacidad tiene los mismos derechos que todos; por lo tanto, exigen que las calles, veredas, locales públicos y privados, servicios higiénicos y demás espacios sean accesibles.
Es difícil e inseguro circular en una silla de ruedas o muletas porque no podemos avanzar, a esto se suma el estado de la infraestructura vial. “Las llantas de nuestras sillas se malogran o nos encontramos con rampas que no podemos usar porque están ocupadas por vehículos. No podemos subir o bajar a una vereda”.
Son incontables las veredas que han colapsado desde hace varios años en Chiclayo o el sistema de desagüe colapsó y nadie se anima a reparar. Una vereda destruida significa que la silla no podrá avanzar y las ruedas de la misma quedarán atascadas, otro problema constante para las personas con discapacidad es que, las cajas de los medidores de agua y buzones no cuentan con tapas.
NADA INCLUSIVA
Por su parte, el presidente de la Asociación de Artesanos con Discapacidad en la Región Lambayeque, Próspero Carrillo Santiago, mencionó que vivir en una ciudad no inclusiva también trae serios problemas para las personas con discapacidad visual. Las pistas, veredas, semáforos y la misma población no ayudan en el libre tránsito de una persona que lleva un bastón.
Refirió que nadie respeta a una persona con discapacidad, ni mucho menos sus derechos, por ejemplo, existe la Ley N° 30412, la cual dispone el pase libre en el servicio de transporte público terrestre para las personas con discapacidad severa, pero nadie vigila su cumplimiento.
Son varios problemas que afrontan a diario las personas con discapacidad, pero que podrían evitarse si las autoridades coordinan y respetan el uso del presupuesto destinado todos los años para esta población.
MPCH DEBE TRABAJAR POR LA DISCAPACIDAD
La regidora Pamela Alva Carranza señaló que las personas con discapacidad es la población más afectada durante la pandemia.
En ese sentido, dijo que el municipio entregó bastones y sillas de ruedas, así como canastas de víveres; sin embargo, se desconoce si se está trabajando en algún proyecto para lograr el respeto a las vías y que no exista la imprudencia de los transportistas.
Expresó que en el corto tiempo que le resta a la gestión de Marcos Gasco se debe unir esfuerzos y realizar un trabajo en conjunto con la Oficina Municipal de la Persona con Discapacidad para atenderlos con prioridad.
“Si bien es cierto se les entregó alguna ayuda, de la misma manera debería ser en el tema de sancionar a quien no respete las zonas por donde transitan, a fin de evitar accidentes, aprender a respetarlos y sientan que la gestión les brinda el soporte necesario”, expresó.
Sentenció, que el área de Programas Sociales debe trabajar por las personas más vulnerables, pero que no sea una labor del momento o solo por cumplir, sino permanente.