No importa en qué parroquia ejerza el sacerdocio, desde donde esté acude en ayuda de los distritos que lo necesiten. Al empezar su labor sacerdotal hace 25 años, el padre Miguel Oscar Mori Sánchez, acude con su granito de arena a alguna población en problemas.
La última vez se le vio en Illimo, llevando víveres a las familias cuyas viviendas se vinieron abajo por las lluvias. “Gracias a Dios pasó la tormenta en Illimo”, sostiene y recuerda que con la colaboración de un supermercado y diversas personas, entregó comestibles a más de 30 familias del centro de este distrito.
Todo empezó cuando trabajaba en la parroquia San Juan María Vianney, apoyando en los pueblos jóvenes Jorge Basadre, Simón Bolívar, Túpac Amaru y otros. En Jorge Basadre creó un comedor popular y también forma parte de la asociación Ángel Mary Valero de Chiclayo. Luego rotó a otras parroquias, entre ellas la caleta de San José y el distrito de Olmos. En el 2017, durante el Niño Costero, llevó víveres a Olmos desde Pucalá en la parroquia La Piedad donde trabaja hasta hoy.
A través de la Asociación Wiracocha tratan de apoyar a familias estén donde estén. Se formó en Illimo con una casa de formación para niños con discapacidad y tiene cinco años ayudando a menores, extendiéndose a adultos mayores.
“Nací y crecí en Campodónico, me formé en la parroquia Señor de los Milagros y estudié en el colegio Karl Weiss”, manifiesta este sacerdote que el 8 de diciembre de este año cumplirá 25 años de ejercicio religioso; “será una celebración virtual”, finaliza entre risas, refiréndose al distanciamiento social que se debe guardar por el Covid-19.