Escolares del colegio nacional San Carlos del distrito de Monsefú promueve una desafiante cultura financiera y demuestran, cómo con sus propinas diarias pueden llegar ahorrar importantes cantidades de dinero durante el año.
“Algunos niños trabajan y antes terminaban gastando su dinero en video juegos o en bailes populares, se veían imposibilitados de hacer buen uso de sus recursos”, expresó el docente.
Por eso iniciaron este proyecto, organizando un comité de administración conformado por cinco alumnas y junto a la maestra tutora establecieron un reglamento para las prácticas de ahorro en el aula. En el estatuto se establecieron las acciones y los aportes de cada estudiante.
“Hay muchas secciones que han podido ahorrar hasta 6 mil soles, por aula. En las horas de tutoría los estudiantes planifican qué van a hacer con esos ahorros y ello ha permitido que asuman una mayor responsabilidad de sus recursos financieros”, precisó Ayasta Vallejo.
La coordinadora de tutoría del colegio San Carlos, Luzgarda Gálvez Figueroa, refirió que los escolares vienen realizando esta práctica desde hace 7 años y se sienten motivados en hacerlo porque a fin de año cuentan con este dinero para realizar pequeños proyectos.
Los alumnos programan un día de la semana para reunirse y poder empezar con sus ahorros. Con una libreta llevan la cuenta de lo que depositan que puede ser desde un sol hasta los 10 o 20 soles, en la semana que los alumnos no realizan este ahorro son multados con 20 céntimos.
La comisión administrativa lleva las cuentas de lo recaudado y guardan el dinero en pequeñas cajitas bajo siete llaves. Una vez que la cantidad sobrepasa los mil soles es depositada en una cuenta de banco, para que esto empiece a generar intereses y luego sean distribuidos entre los accionistas de la cuenta, que podrán incrementar su ahorro.
En el mes de diciembre este dinero será entregado a los niños con la supervisión de los padres para que puedan hacer cumplir el propósito para el que los niños ahorraron. Ellos manifestaron que ahorran, para irse de viaje, ayudar a sus padres con los pagos de la casa, comprar sus libros o matricularse en una academia donde puedan recibir su preparación para la universidad.
Lo cierto es que estos niños ya no están dispuestos a mal invertir su dinero en algo improductivo, pero todo esto es gracias al asesoramiento de las maestras que durante las clases de tutoría les ayuda a proyectar a los niños, en qué deben invertir sus ahorros.
Esta práctica no solo la realizan los alumnos del nivel secundario, sino también del nivel primario. Todos se muestran motivados cuando se les explica lo importante que son los proyectos a futuro y todo lo que pueden logran teniendo una buena capacidad de ahorro.
El director, David Ayasta, explicó que este no es el primer, ni único proyecto que realiza en la institución educativa, pues siempre piensa en innovar el aprendizaje de los escolares.
“En pleno siglo 21 la escuela ya no puede ser ese ente en el que un solo profesor llega, dicta una clase y el alumno copia la clase y ya se generó el aprendizaje, nosotros creemos que la escuela tiene que ser un espacio donde el alumno viva experiencias que luego van a tener un significado de su vida social misma”, dijo Ayasta.
Habló sobre la enseñanza desafiante y retadora, pero a la vez divertida que se viene aplicando con los niños y adolescentes. Él dijo que su mayor satisfacción es ver a los niños sentirse orgullosos de su progreso y de todo lo que pueden lograr.
“Los maestros debemos salir de formatos preestablecidos, estandarizados, no todos tienen que hacer lo mismo en todas las escuelas del país. Nosotros queremos que al mismo tiempo la propuesta ministerial de Educación, involucre a los docentes con su propio potencial creador crítico, porque también pueden generar alternativas que dan respuesta a las demandas de aprendizaje”, explicó el docente.
Cambios
El director David Ayasta, contó que empezó a trabajar en este colegio desde el 2015 y le tocó ver cómo los padres de los chicos de 5to de secundaria se endeudaban porque tenían que comprar el vestido para la fiesta de promoción de las niñas, porque querían bailar con una orquesta de 3 mil o 4 mil soles y querían beber más de la cuenta.
“Cuando llegaba el mes de enero, los jóvenes no tenían para sus estudios superiores y además los padres estaban endeudados. Entonces esa lógica no iba a traer progreso a la comunidad”, refirió el maestro.
Por eso, en esta institución educativa, se ha generado una nueva política educativa. Al culminar el año escolar, los alumnos del 5to de secundaria tienen una ceremonia de graduación, realizan una pequeña fiesta sin licor, ni con orquesta, tampoco es una fiesta para adultos y el gasto máximo que hacen es de 70 soles.
“Es muy motivador promover estos proyectos, porque ahora los escolares de este colegio, llega enero y ya están pensando en su academia, ya están pensando en la universidad, no estamos promoviendo familias que se endeudaron”, puntualizó David Ayasta.