Brian Antonio Pérez Balarezo (AP), con apenas 27 años de edad, forma parte del estudio que descubrió la piedra de 24 000 años en Brasil. Conforma un equipo de expertos, al que ha llegado a formar parte gracias a una serie de becas con las que ha podido seguir estudios en el extranjero.
Cuéntanos, dónde hiciste tus estudios
AP: Soy arqueólogo de formación, desde pequeño quise estudiar arqueología incluso antes de estar en secundaria; no había la carrera en la Pedro (Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque), ahora hay, en ese tiempo no había, gracias a mi familia pude ir a San Marcos en Lima. Ingresé el 2011 y terminé el 2015.
Desde cuándo estás en el extranjero y cómo haces para los estudios, una doble maestría y en estos momentos doctorado
AP: Sucede que hice una maestría doble en la Universidad Nacional de Trujillo y en la Universidad de Renz en Francia. Tenía subvención del Concytec y permitía seguir una misma maestría en arqueología sudamericana. Ahí conocí al profesor Santiago Uceda, que en paz descanse, gran arqueólogo norteño, trujillano, su influencia se ha visto en todo el país, fue especialista en la cultura Moche trabajó en Huaca de la Luna. Como director del programa, me impulsó siempre a seguir la especialidad que yo quería, el análisis de piedra tallada análisis arqueológico de artefactos de piedra, no hay en el Perú esos cursos, hay que salir a especializarse en eso. La beca era de un año y medio en Perú y medio año en Francia. Hoy hago el doctorado en Francia ya por terminar en un año, he venido por la pandemia y para analizar artefactos líticos en varios museos del Perú y me he quedado en Chiclayo por pandemia.
Cuándo te uniste a esta misión financiada por el gobierno francés y cómo fue esta selección
AP: En el 2016 hubo un seminario en Brasil sobre tecnología lítica, lo dictaba el profesor Erick Boëda, francés, solicité permiso al profesor Uceda y fui a Brasil una semana; me contacté con el equipo brasilero que ahora trabajo, me pusieron a prueba durante un año y desde el 2018 fui miembro del equipo, que ahora ha publicado el hallazgo.
Aparte de la misión soy asociado al Instituto Francés de Estudios Andinos donde hago el doctorado y dicto clases a distancia, pero en un par de meses regreso. Lo poquito que he podido hacer en mi carrera es en base a becas; el doctorado de la universidad francesa me posibilita concentrarme al cien por ciento en la investigación.
Qué sensación te da ser el único peruano que integra esta misión, alguna vez lo imaginaste
AP: Yo soy el único peruano, soy un estudiante doctoral, Mario Pino es chileno, un gran doctor que ha trabajado en varios estudios, es geólogo reconocido mundialmente. Yo quería siempre estar en donde se hacía la mejor tecnología lítica, donde habían los más grandes especialistas, por eso fui a Brasil primero y contacté al profesor que me llevó a Francia”.
Estás llegando muy lejos a pesar de tu corta edad
AP: En la misión todos tienen entre 45 a 60 años, yo tengo 27 años; en la investigación primero firma el profesor Boëda, luego un colega brasilero que trabaja hace mucho tiempo y sigo yo (no hice el hallazgo, pero hice el análisis y colaboré).
Fuiste corresponsal escolar de La Industria, en qué años, a quién recuerdas de esa época
AP: En primaria, recuerdo que iba a Eten, tengo viva la imagen, tenía algo de 11 a 12 años, las reuniones de trabajo entre un montón de corresponsales de todas partes de Lambayeque. El periodismo siempre me ha encantado, yo los envidio porque mi verdadera vocación es la literatura, pero no podemos comer de lo que escribimos; la historia siempre me ha gustado, desde siempre el periodismo me ha encantado toda la vida. Recuerdo a la señorita Rosa Vásquez, siempre fue conmigo bastante cordial, me ha guiado desde pequeño.
Que recomendación o consejo le darías a la juventud que a veces no sabe qué carrera seguir o qué camino tomar
AP: Generalmente estamos cansados de escuchar sigan sus sueños, si sirve pero no es exacto desde mi experiencia, porque mucha gente no tiene la oportunidad de seguir lo que les gusta y se ven obligados a seguir otra cosa. Yo he tenido suerte, he tenido la ayuda de Dios, de mi familia, he tenido bastante suerte con las becas, pero desde mi punto de vista bastante humilde les puedo decir que el trabajo es lo más importante. El trabajo es la clave de todo, si alguien dice que no, entérquense, sigan, perseveren.
Cuando fui al seminario en Brasil era el único peruano y el profesor Boëda nos dijo a todos: ‘no hagan esto, no hagan arqueología, es muy difícil’. Cuando lo escuché fue una motivación, quería demostrarle que sí podía y me esforcé para demostrárselo; ahora trabajo con él gracias a Dios, el mensaje es ese”.