Las medidas de restricciones, para evitar la propagación del covid-19, están afectando a los menores de edad; quienes están adoptando comportamientos inadecuados en la convivencia familiar.
La jefa del servicio de Psicología del Hospital Las Mercedes, Yolanda Yoshira Castro, señaló que, si bien no se puede generalizar la conducta en los niños, todo va a depender mucho de los estilos de convivencia, crianza y hábitos que tengan las familias.
Por lo general, un niño es un ser sociable, pero esa sociabilidad va aumentando a partir de 4 años de edad.
Con la llegada del covid, ya no existe la convivencia natural, a la que estaba acostumbrada el niño y adolescente, es decir ya no hay estimulación académica, tareas diarias y deportivas.
Todo ello traerá como consecuencia una respuesta común relacionada a las conductas rebeldes, impulsivas y desafiantes; donde el niño quiere imponer cosas o ideas, esto sucede también por la baja tolerancia a la frustración, agregó la especialista.
En el caso de los adolescentes, hay temor a la toma de decisiones, a que la cuarentena dañe su proyecto de vida. Citó como ejemplo, a un adolescente que cursa el quinto grado de nivel secundario y que había programado la fiesta de promoción o el anhelado viaje, pero quedó suspendido.
“Ellos temen que la emergencia continúe y no puedan seguir con sus estudios, situaciones así, que necesita ayuda, necesitan del recurso de afrontamiento”, acotó.
A comparación del año pasado, hay disminución en cuanto a los casos de intentos de suicidios, se presume que la convivencia familiar fortalece la seguridad y amor en la persona.
Yoshira Castro dijo que, durante esta cuarentena, el papá y la mamá cumplen un papel importante porque se han convertido en todo, desde maestros hasta los mejores amigos; quienes deben hacer frente al juego y a todo tipo de actividad lúdica.
La psicóloga señaló que antes de la pandemia, muchos padres de familia no jugaban con los niños, pero ahora deben hacerlo. Precisó que el juego puede relajar y conllevar a mejorar la convivencia, pero no solo se trata de lanzar la pelota, sino que el juego va más allá, debe existir el acercamiento de buenos amigos y confidentes, expresar el amor y confianza.
Otra recomendación son los cortos paseos, pero cumpliendo todas las recomendaciones para evitar un contagio. Por ejemplo, a un parque, donde el niño puede correr, sentirse libre, pero no se trata de que el padre lleve al hijo a un parque para que juegue solo, sino que debe involucrarse en el juego.
“El padre ha perdido ese espacio de interacción con el hijo y con la pandemia se ha evidenciado más, pero cuando hay niños en casa, el adulto no puede olvidar su etapa de niño para que pueda interactuar con sus hijos. El comportamiento del niño va a depender mucho de la convivencia con los padres”, sostuvo Yolanda Yoshira.
Incluso manifestó que, si el padre tiene estrés y angustia, también va a transmitir al hijo. Si el progenitor explica con creatividad y cuidado al niño por qué debe cuidarse, van a entender y estarán pendientes que cumplan con el uso de mascarilla, lavado de manos y distanciamiento, precisó la profesional de psicología.