Con el reinicio de actividades tras levantarse el Aislamiento Social Obligatorio, la reactivación económica es una de las preocupaciones del sector empresarial en la región.
Sectores como las pymes, comerciantes de mercados y artesanas, esperan hacerlo poniendo en práctica protocolos de seguridad contra el covid-19 y mucha creatividad, pero también, esperando el apoyo de las instituciones regionales y municipales.
La pandemia de coronavirus ha golpeado a todos los sectores productivos de la región Lambayeque. Las medidas del Gobierno nacional estableciendo el confinamiento obligatorio llevaron al cierre de casi totalidad de los negocios en todos los rubros, lo que produjo una seria crisis económica.
Hoy, habiéndose dispuesto el levantamiento de la cuarentena en varias regiones del país y entre ellas Lambayeque y también la reactivación económica de diferentes sectores productivos, los pequeños, micro y medianos empresarios vuelven con el propósito de recobrar ese espacio perdido debido al covid-19.
ARTESANÍA
Las artesanas de Lambayeque, cuyo número supera las 3 mil, es uno de esos grupos que ha sufrido las consecuencias de la pandemia en cuanto a sus ingresos económicos. Sin embargo, no están dispuestas a dar marcha atrás y quieren seguir produciendo para abastecer el mercado local y nacional con sus productos.
Manuela Jacqueline Ayasta Caicedo, dirigente de las artesanas de la región Lambayeque, señala que la reactivación económica es una de sus preocupaciones y la de todo el gremio. Por ello, plantea tres propuestas que van a permitir reactivar este sector.
El primero está relacionado a las vitrinas virtuales, es decir, espacios en redes sociales y plataformas que el propio Mincetur (Ministerio de Comercio Exterior y Turismo) ponga a disposición para que puedan ofrecer sus productos.
“Ferias no van a realizarse. Somos nosotros conscientes de esta situación. Por ello necesitamos las vitrinas virtuales, porque a través de ellas nosotros podremos exhibir nuestros productos que trabajamos o tenemos guardados. Hay una página que ellos lo pueden pagar”.
El segundo, es aprovechar el conocimiento ancestral de las productoras de artesanía para ofrecer capacitaciones virtuales a quienes deseen aprender, teniendo en cuenta que muchas familias seguirán en aislamiento social voluntario en sus viviendas.
“Son capacitaciones que deben dar los mismos artesanos, para que el pago de los alumnos que se capaciten vaya directamente al artesano. Que ellos la promuevan (Mincetur), pero que el artesano la dé desde su mismo lugar”, señala Manuela Ayasta.
Entre esas capacitaciones propone las técnicas, los pasos, los materiales o instrumentos que van a utilizar para el trabajo en la artesanía.
Y finalmente, al igual que otros sectores productivos, ser beneficiarias de un bono del artesano, para contar con un pequeño capital que las ayude a impulsar sus negocios y adaptar sus productos a las nuevas exigencias del mercado.