El presidente de la Comisión Especial de Gestión del Riesgo de Desastres del Colegio de Ingenieros de Lambayeque, Carlos Balarezo Mesones, señaló que la deflagración ocurrida hace aproximadamente un mes en distrito de Villa El Salvador en Lima es una muestra de que en el Perú no existe una política de Estado muy clara en cuanto al tema de prevención de desastres.

Balarezo Mesones precisó que la fiscalización por parte de los órganos correspondientes es muy pobre en el país. Por ello, se han incrementado los niveles de vulnerabilidad y se están produciendo muchos accidentes y todo ello, es responsabilidad del Estado, por su falta de capacidad a nivel nacional, regional y local.

Con respecto a lo sucedido en Tacna, tras la activación de la “Quebrada el Diablo” y los cientos de casas inundadas al borde de colapso, el ingeniero sostuvo que las ciudades en el Perú continúan creciendo desordenadamente, más del 50% no tiene un Plan de Desarrollo Urbano.

“No hay una planificación, ni de las ciudades y tampoco del territorio. Estamos hablando de la zona rural, donde hay mucha vulnerabilidad por la cantidad de poblaciones que están cerca de los ríos y quebradas. En Tacna existían informes advirtiendo de que había un alto riesgo de las viviendas ubicadas en la quebrada, pero las autoridades nunca impulsaron un Plan de Regulación Local. Aunque es difícil, porque una vez que se produce una invasión, las autoridades irresponsablemente, en épocas de campaña, les ofrecen consolidarlas políticamente; es decir; les dotan de servicios, agua, alcantarillado, energía eléctrica y es imposible reubicarlas”.

LA REGIÓN

Carlos Balarezo sostuvo que en Lambayeque podría repetirse lo que sucedió en 1998, cuando se activaron las quebradas de la parte alta de Ferreñafe e inundaron Picsi y Mocce antiguo. Añadió que por ejemplo la activación de la quebrada Río Loco podría afectar a Pueblo Nuevo, Ferreñafe, incluso a Lambayeque, aunque el impacto sería menor.

Sostuvo que existen quebradas en Pátapo, Jayanca, Chongoyape y Motupe, que podrían colapsar ante posibles precipitaciones.

Además, añadió que los ríos se podrían desbordar al no existir proyectos de prevención, debido a que las obras de descolmatación han sido observadas por la Contraloría General de la República. “Es un escenario de altísima vulnerabilidad y esto se debe a que no hay un liderazgo claro, con respecto a quien debe conducir la gestión de riesgo de desastres como política de Estado”, aseveró.