Nuevos hechos de violencia se generaron en la empresa agroindustrial Cayaltí, hasta donde llegó un fuerte contingente policial para desalojar a algunos trabajadores que habían tomado tres instalaciones del ingenio; indicaron que adoptaron esta medida de protesta porque desde hace ocho meses no les cancelan sus sueldos.
Los agentes del orden tuvieron que usar bombas lacrimógenas y realizar disparos para poder disuadir a las personas que impedían el paso.
La revuelta no dejó víctimas que lamentar, solamente cinco trabajadores detenidos y trasladados a Seguridad del Estado, donde fueron interrogados para esclarecer los acontecimientos.
Más de 600 serían los trabajadores afectados con la falta de pagos y algunos dirigentes manifestaron que dialogaron con los administradores para que les cancelen, pero hasta el momento hacen caso omiso a sus reclamos.
“Estamos en un conflicto social, no se nos paga nuestros salarios, cómo vamos a mantener a nuestras familias, estamos en crisis. La única responsable es la empresa Intipuquio que aparte de cometer irregularidades, ha vendido nuestras tierras a inmobiliarias”, dijeron los indignados pobladores.
La situación mantuvo tensa a la población que temía salir de sus casas.