Sin agua, con los servicios higiénicos a punto de colapsar, el insoportable calor y gran cantidad de zancudos, así es como viven 40 familias damnificas por el fenómeno “El Niño Costero” en el distrito de Íllimo, quienes conviven en el albergue “Jesús es mi camino”.
Varios de los residentes informaron que el burgomaestre, Miguel Baldera Sandoval, cuando estuvo en campaña los visitó y les prometió mejorar su situación, pero después de ser elegido nunca más volvió a llegar al lugar. Este hecho los tiene muy molestos y manifestaron que se sienten estafados.
Los niños y las personas de la tercera edad son los más afectados en este problema y la situación se agrava porque en las últimas fechas se registraron 10 nacimientos en el lugar, los recién nacidos se encuentran expuestos a muchas enfermedades. Los pobladores piden que se realicen campañas de salud para prevenir los males que se puedan presentar.
El presidente de la Junta Directiva del albergue, Manuel Ternero Barreto, mencionó que se sienten abandonados, pues los únicos que han podido ayudarlos son estas organizaciones sin fines de lucro, y agregó que por parte de la municipalidad no han encontrado ningún apoyo.
Dio a conocer además que 15 familias residentes del lugar se unieron y compraron un terreno ubicado en una zona rural, pero no cuentan con la habilitación urbana, tampoco con los servicios básicos y fue informado que el lugar adquirido se encuentra en una zona vulnerable de inundaciones, según un informe de Defensa Civil.
“Estamos tratando de que la construcción de nuestras viviendas ingresen a los proyectos del programa de Reconstrucción con Cambios (RCC) y de esta manera ser beneficiados Me apersoné varias veces a las oficinas de la institución gubernamental para solicitar la edificación, pero hasta el momento no obtuve ninguna respuesta”, agregó el dirigente.
Agregó que se encuentran realizando los trámites para que el predio deje de estar conminado a la zona rural y se declare la habilitación urbana, además dijo que no se encuentra de acuerdo con la vulnerabilidad del lugar y que seguirán realizando los trámites para que puedan construir sus viviendas.
Finalmente, dio a conocer que el terreno donde se encuentran actualmente deberá ser devuelto a su propietario, el regidor edil Román Purizaca Santisteban, quien les cobra 30 soles mensuales y que espera se pueda ampliar el alquiler, pues de salir del lugar, no tendrían en donde refugiarse.