Anualmente son millones de soles los que el Estado peruano destina para la asistencia de las personas de pobreza y pobreza extrema. Ayuda que llega a través de los programas sociales, que son promovidos a través de dos ministerios: Desarrollo e Inclusión Social y de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
Pero la gran pregunta es ¿estos programas sociales cumplen a cabalidad su objetivo de reducir la pobreza en el país?
Para encontrar algunas respuestas y sobre todo recomendaciones, se entrevistó a la actual gerente de Programas Sociales del Gobierno Regional de Lambayeque, Janet Núñez Mayanga. Quien durante años se desempeñó en este ámbito en más de un gobierno local.
Janet Núñez, fue enfática al indicar que una gran alternativa para procurar que los programas sociales cumplan su rol a cabalidad, es la articulación, la misma que debe dejarse sentir con más énfasis desde los municipios.
“Se tiene que focalizar mejor el trabajo. Los responsables de los gobiernos locales deben realizar una gestión más articulada, con profesionales que tengan la capacidad de avanzar y alcanzar las metas, porque estos programas fueron creados para aliviar la pobreza que existe en el país”, comentó.
La socióloga basó su tesis en las experiencias que le tocó vivir en más de una comuna distrital, entre estas una que tuvo como protagonista a un talentoso joven de 17 años de edad que no pudo acceder al programa Beca 18, a pesar que la constatación in situ reflejaba pobreza extrema.
“Vivía con su familia en un sector sin saneamiento básico, casa de adobe con piso de tierra, pero al momento que el sistema hizo el cruce de información arrojó que su papá, agricultor él, tenía un pequeño préstamo bancario para ayudarse con su siembra, esto descalificaba a su hijo para Beca 18”, narró.