El director del Museo Nacional Sicán, Carlos Elera Arévalo, aseguró que dos importantes monumentos arqueológicos de Pómac, se encuentran en riesgo de ser arrasados por la crecida del río La Leche. Lamentó que no exista interés por parte de las autoridades a quienes se les viene advirtiendo del peligro al que están expuestas las pirámides.
Carlos Elera Árevalo, recordó que los daños provocados por el río La Leche a los monumentos arqueológicos de Pómac, pertenecientes a la cultura Sicán, a lo largo de las últimas décadas, han sido devastadores.
Precisó que el año 1983, La Leche se llevó medio kilómetro cuadrado de estructura monumental y la necrópolis asociada de la huaca La Merced. “Medio kilómetro cuadrado, para que tenga una idea. Del complejo monumental Loayza se llevó la playa y las cuatro pirámides. Estamos hablando de 50 hectáreas”, precisó.
Señaló que las autoridades no tienen idea de lo que se está llevando el río a lo largo de las últimas décadas. “La gente no tiene idea. A las autoridades se les explica, pero lamentablemente tampoco entienden”.
Asimismo, hizo referencia que el 2017 durante el fenómeno El Niño Costero en una primera evaluación que se hizo el 2017, primero se informó de 50 mil metros cuadrados que habían desaparecido, debido a la crecida del río La Leche; sin embargo, tras una nueva evaluación se incluyó 45 mil metros cuadrados más, casi cuatro hectáreas y media, de las necrópolis y parte del complejo El Corte que es previo a Las Ventanas, donde se formó una especie de muesca.
“Estamos hablando de aproximadamente 10 hectáreas que se llevó el río. Tenemos todo el informe del impacto de El Niño Costero de 2017 que se entregó al Ministerio de Cultura. El 2018 no hubo afectación porque el río estuvo más calmado. Más bien, ahorita, si ha crecido el río”, advierte.
Monumentos en peligro
El riesgo que ahora se presenta en la zona arqueológica de Pómac es que se lleve los sitios monumentales Las Ventanas y El Oro. Es decir, sitios que están dentro del Patrimonio Cultural Emblemático de la arqueología peruana y que en los últimos años no han merecido la atención pertinente de las autoridades.
“Inclusive se había creado una unidad para salvar ese paisaje cultural desde el 2006 que se creó, pero se cambió a la de Naylamp. Estamos hablando de un patrimonio cultural de seis mil hectáreas que encierra el bosque y su entorno, estamos hablando del complejo más extenso que está en peligro de desaparecer por dos cursos de un río”, agregó.
Carlos Elera, recordó que el río La Leche pasa por en medio de los monumentos arqueológicos Las Ventanas, de aproximadamente 15 hectáreas y el Oro, con unas 18 hectáreas. Donde el río tiene dos cauces, que se conocen como el curso viejo y el río nuevo.
“El lecho del rio no es natural, es arqueológico. Ha cambiado su curso y se ha llevado las necrópolis, y las tumbas más profundas están bajo ese lecho. Cambió su curso por las obras que hizo el Ministerio de Agricultura, mal hechas, en la década del 80, por hacer ese barraje en la huaca La Merced y construir la presa Sutton”, señaló.