La Navidad es un mensaje de amor, paz y esperanza, que vuelve a encender los corazones de las personas más tristes y con el mayor sufrimiento.

 

Este mensaje de esperanza hace posible creer en algo más grande que en nosotros mismos, que nos llama a la plenitud del amor y paz.

 

El obispo de la Diócesis de Chiclayo, monseñor Robert Prevost Martínez, en diálogo con La Industria, indicó que este año para Chiclayo, para la iglesia y para la sociedad ha significado momentos de mucho sufrimiento, por los actos de corrupción, inseguridad y basura que lamentablemente se vive.

 

Agregó, que la Iglesia también sufre por esta situación, por el abuso de las autoridades hacia sus gobernados, pero también recuerda que en esta fecha importante, nace Jesús trayendo esperanza y amor, dejando de lado lo malo y lo que genera sufrimiento.

 

“Nosotros como miembros de la Iglesia, a nivel nacional e internacional, sufrimos por la presencia de abusos, escándalos de corrupción, pero precisamente en estos momentos es cuando nace Jesús y trae una vez más la paciencia y amor, y nos invita a dejar de mirar toda la suciedad para observar lo que puede ser hacia un futuro, a mirar la luz como la estrella del Belén que llevó a los Reyes Magos a encontrar al niño Jesús recién nacido”, indicó.

 

 

 

También se refirió a los niños que muchas veces son importantes para volver a creer, por la alegría, sencillez e inocencia que los caracteriza, pero no entienden el real significado de la Navidad.

 

“Los niños no solo deben esperar un regalo, sino que deben aprendan a compartir y ojalá disfruten en familia”.

 

En estos tiempos -expresó- que puede parecer muy oscura la salida, pero se debe tener la fuerza para descubrir el verdadero amor de Dios.

 

Los ojos abiertos de un niño pueden responder ¿Qué esperamos de la Navidad? Lo que esperamos es la buena nueva y que la gente se acerque a Jesús.

 

La autoridad católica invitó a celebrar estos días navideños en familia y no rodeado de objetos, sino de buenos sentimientos. “Ojalá todos puedan ir a sus parroquias, sino son católicos, los cristianos que participen en observar el nacimiento, todos permitamos un pequeño espacio para acercarnos al amor de Jesús”.

 

Monseñor también se dirigió a las personas que más sufren durante la Nochebuena, como son los encarcelados, enfermos y niños sin hogar.

 

“A los que más sufren, los encarcelados que viven en una situación totalmente inhumana, a quienes están en los hospitales y van a pasar la Navidad solos, este mensaje también es para ellos, porque no nace de lo que hay en los alrededores sino de lo que puede salir del corazón, creando espacio para que Jesús nazca en mi vida por medio de mi fe y trae una alegría que ningún ser humano puede quitar”, aseveró.

 

Actualmente, son muchos niños quienes sufren porque crecen en una familia incompleta, es por eso que hizo un llamado a la población para pensar en lo importante que es la familia.

 

“Mamá y papá deben amarse y compartir ese cariño y formación a través de la fe y tiempo con sus niños, quienes tienen derecho al amor de ambos. Cuántos niños hay que no tienen un hogar, donde no está el papá presente o donde hay violencia y abuso, esas son cosas que destruyen al ser humano”, acotó.

 

La autoridad de la Diócesis de Chiclayo, invitó a la población a reflexionar sobre los valores fundamentales que debemos asumir para construir hogares de amor y paz.

 

 

Estamos en un momento donde la corrupción se ha centrado en la mentalidad y forma de ser de las personas, eso se refleja con la captura de los dos últimos alcaldes de Chiclayo, uno con sentencia (Roberto Torres Gonzales) y otro con prisión preventiva (David Cornejo Chinguel); además de regidores y funcionarios que traicionan la confianza del pueblo.

 

Para monseñor, la corrupción es un acto de maldad de la persona, pero muchas veces se convierte en un modo de operar.

 

“Se puede cambiar al jefe, gerente o la persona responsable, pero si todas las personas no están dispuestas a trabajar juntos para cambiar la situación; entonces la corrupción sigue enquistada”, comentó.

 

Para evitar a una persona corrupta, el trabajo viene de parte de los padres con los valores y educación que les brinden a sus hijos.

 

“La formación de los niños es esencial, para lograr a una persona sincera y honesta, los padres deben serlo también, deben pagar sus impuestos, que no busquen favorecerse, no robar ni del Estado ni en el mercado, por ejemplo”, enfatizó.

 

La corrupción hay que trabajarla de diversas fuentes, la educación juega un papel importante en los pequeños, pero también la reeducación de los adultos.

 

La Navidad como fiesta viene en el momento del año donde hubo mayor oscuridad, donde las noches eran más largas, cuando viene el sentir de la duda de que va a pasar, cuando el día es corto y la noche es oscuridad.

 

Pero Jesús nació en esa oscuridad, dando luz y brillo, haciendo que las tinieblas poco a poco se retiraran, algo similar es lo que se vive en Chiclayo, todo es cuestión de creer en la fe de Dios.