A diferencia de otros países, el Perú no tiene una cultura de donación voluntaria de sangre, situación que se refleja en Lambayeque, donde menos del 10% de la sangre que se recibe en el Banco de Sangre del Hospital Almanzor Aguinaga Asenjo de EsSalud, proviene de la donación voluntaria. Son los jóvenes quienes se muestran más dispuestos a donar su sangre, que los adultos. 

 

La jefa del servicio de Hemoterapia y Banco de Sangre, Ana Zevallos Gonzales, refiere que en el Hospital Almanzor Aguinaga Asenjo, se han implementado varias estrategias para  incrementar la tasa de donación. Pues mientras aquí dicha tasa es del cinco por ciento, en otros países la donación voluntaria es de un cien por ciento.  

 

“Todas las personas que donan sangre lo hacen porque son personas altruistas. Acá el 90 por ciento de los que vienen, obedecen a sangre por reposición. Vienen a donar porque a su familiar lo van a operar o porque tienen alguna enfermedad que requiere el apoyo de sangre”, señala Zevallos Gonzales. 

 

La jefa del Banco de Sangre, refiere que en nuestro medio son los jóvenes universitarios quienes se muestran más dispuestos a donar sangre. Todo lo contrario sucede con las personas adultas. “Porque hay muchos tabúes en la población, ya que en su entorno familiar nunca han donado. En cambio, los jóvenes tienen otras motivaciones y quieren ayudar”. 

 

La médico Ana Zevallos Gonzales manifiesta que la donación voluntaria tiene otros beneficios a tener en cuenta. “Porque lo que uno tiene que buscar es la seguridad de la sangre. Y la seguridad  lo vamos a tener de un donante voluntario”. 

 

Y es que considera que por más que haya tecnología avanzada, no existen pruebas que puedan garantizar que esa sangre que se obtiene sea cien por ciento segura.  “Hay muchos donantes que están justo  en un periodo donde todavía no se puede detectar que están infectados, pero lo están”.

 

En cambio, refiere, los donantes voluntarios solamente los mueve el deseo de  ayudar, por lo que hay más posibilidades de conversar con ellos y hacerles ver la responsabilidad de dar una información correcta con respecto a los factores de riesgo.

 

“Hay muchas personas que les gusta tener muchas parejas sexuales o tienen algunos vicios como la drogadicción o el alcoholismo, o les gusta ir a los prostíbulos, eso en algunas personas es parte de su cultura, entonces si es donante voluntario le hacemos ver que es un riesgo, entonces ellos no van a decir la verdad”.

 

Muchas veces sucede todo lo contrario en los donantes por reposición, quienes ante el temor de no encontrar sangre  para sus pacientes obvian información, “entonces, lo importante es que todas las unidades que ingresan al banco debieran  de provenir de donantes voluntarios, que eso no lo tenemos”.

 

La médico propone que se debería constituir una política de Estado, donde esta establezca estrategias a fin de poder llegar a toda la población y sensibilizarla en  la donación de sangre, como sucede con la donación de órganos.

 

“De todas maneras, cada banco de sangre tiene dentro de su plan de trabajo sensibilizar a la población. Nosotros tenemos dentro de nuestro plan anual el sensibilizar. Vamos a las universidades y empresas y damos charlas interactivas, y absolvemos dudas de los jóvenes”.

 

 

 

Ana Zevallos Gonzales descartó riesgos en la donación de sangre; sin embargo, precisó que para hacerlo existen ciertos requisitos a tener en cuenta, como que los donantes sean personas mayores de 18 años. Asimismo, pasar por una evaluación para ver sus condiciones de donante, también se tiene en cuenta la talla, el peso, sexo, y la hemoglobina. Además de descartar problemas de salud como cardiológicos, convulsiones o epilepsias.

 

Aclaró que un hombre puede donar hasta cuatro veces al año, mientras que una mujer, lo puede hacer tres veces al año.

 

 

 

“Acá las puertas están abiertas, incluso si hay personas por reposición, y si viene un donante se les abre las puertas y se les atiende lo más pronto posible.Tratamos de que haya mayor cantidad de personal para que se les acorte el tiempo del proceso de donación”, refiere.

 

 

 

El Banco de Sangre del Hospital Almanzor Aguinaga Asenjo, además de atender los requerimientos de este centro hospitalario, es un soporte para el Hospital Luis Heysen y cuando se lo solicitan,  también del hospital de Ferreñafe.

 

“Somos como algo equivalente a la fábrica. Nosotros vemos la materia prima que es el donante, lo evaluamos, extraemos, fraccionamos la sangre en sus componentes, la almacenamos, hacemos las pruebas, la validación de todos los procesos, la conservamos y la mandamos a los hospitales Heysen y Ferreñafe”, indica, y a la vez precisa que también se atienden requerimientos de la macroregión norte.

 

 

 

Lo que muy poco se conoce y lo resalta la jefa del servicio de Hemoterapia y Banco de Sangre es que con una unidad se puede salvar hasta cuatro vidas. “La sangre es un medicamento. Antes se usaba sangre total, ahora ya no. La sangre se separa en cada uno de sus componentes”, refiere.

 

“De una unidad podemos sacar un paquete globular, que puede servir para las hemorragias o las anemias, el plasma que tiene factores de coagulación que se usa mucho en los pacientes con cirrosis, el crioprecipitado para cuando faltan algunos factores  como el factor 8 y las plaquetas para los pacientes oncológicos”, refiere.

 

 

El servicio de Hemoterapia y Banco de Sangre dio a conocer algunas fechas programadas durante el mes de octubre para la donación de sangre en universidades locales. Hoy y mañana se realizarán en la Universidad Particular de Chiclayo, el viernes 19 en la Universidad Señor de Sipán. El martes 23 en el Instituto Cayetano Heredia y el jueves 25 y viernes 26  en la universidad Santo Toribio de Mogrovejo. En todos los casos el horario será de siete de la mañana hasta la una dela tarde.