Obispo invoca que se mantenga la unidad
Durante su homilía en develación de escultura papal, habló del crimen organizado y la inseguridad ciudadana.
El obispo de la Diócesis de Chiclayo, monseñor Edinson Edgardo Farfán Córdova, destacó que se mantenga la unidad para vencer los problemas de inseguridad, crimen organizado y otros que aquejan a la sociedad. Fue durante su homilía tras la reciente bendición de la escultura del Papa en el óvalo Gran Chimú.
“Queridas familias de la región Lambayeque y de toda la Diócesis de Chiclayo, con inmensa alegría y gratitud nos reunimos hoy para vivir un momento histórico, la develación y bendición de la escultura monumental del Papa León XIV, nuestro recordado obispo Robert Prevost Martínez, de la Orden de San Agustín”, expresó.
Añadió que el ejemplo del Papa inspire nuestras acciones públicas y comunitarias, que su testimonio nos recuerde que gobernar y servir es también un acto de amor; que su figura sea una llamada permanente a la unidad, la esperanza y la corresponsabilidad.
“Que esta obra monumental nos recuerde siempre el camino del evangelio, aprendamos a caminar juntos para crear fuentes de diálogo y discernimiento, tan necesario hoy en nuestra sociedad para extirpar el mal de raíz”, expresó.
EL MAL
“Si queremos combatir el mal, la inseguridad ciudadana, el crimen organizado, la corrupción, la mediocridad, la injusticia, tenemos que ir a la raíz de las cosas y eso requiere de muchas horas de reuniones y diálogos, no por separado, sino todas las instituciones juntas”, reflexionó ante las autoridades presentes, representantes institucionales y comunidad en general.
De otro lado, comentó que esto es un signo para el presente y el futuro. Hoy, Chiclayo, tierra de fe, cultura y trabajo, abre un nuevo capítulo de su historia, con el óvalo papal que será desde hoy un espacio de memoria, encuentro y bendición donde cada persona podrá mirar este monumento y escuchar en su corazón porque nos recuerda al sucesor de Pedro.
NO SOLO UNA OBRA DE ARTE
Monseñor Farfán Córdova destacó al exobispo Prevost como un pastor que sirvió con entrega a esta Diócesis de Chiclayo y que hoy guía a toda la Iglesia universal desde la sede de Pedro.
Señaló que esta escultura monumental no es solo una obra de arte, es un signo de comunión y amor; “un símbolo espiritual cívico que quedará grabado en la memoria de Chiclayo, cada vez que pasemos por este óvalo recordaremos el rostro de un obispo que amó profundamente a su pueblo, que caminó con nosotros y que supo hacer visible el evangelio con gestos concretos de servicio y generosidad”. “Lo hemos visto visitando todos los lugares de su diócesis, muy comprometido con la pandemia para socorrer a los más necesitados. También entregado de lleno en el fenómeno El Niño y Yaku, sensible a los migrantes y a los que no tenían trabajo”.