Ocho puestos afectados y el riesgo persiste para comerciantes y compradores. Defensa Civil sugiere cierre.

“Los techos se están cayendo a pedazos”, alertó una comerciante del mercado Modelo de Chiclayo sobre la grave situación que atraviesan.

Ocho puestos resultaron afectados tras el colapso de aleros en las secciones de piñatería y carnes blancas, la tarde del 9 de enero. La mujer detalló que, el día anterior, los comerciantes ya habían advertido desperfectos. Sin embargo, los trabajos nocturnos para reparar “empeoraron el problema”. Criticó que, lejos de solucionar, “perjudicó más” y puso en severo riesgo a unos 20 locales. En ese mismo contexto, una vendedora relató que el estruendo “sonó fuerte como un terremoto”, en momentos de alta afluencia de público. Afortunadamente, no hubo heridos ni fallecidos. No obstante, el susto fue mayúsculo entre los presentes. La comerciante también opinó que “lo más sensato es cerrar una semana para arreglar bien, en vez de medidas a medias”. Una dirigente recordó que en reiteradas ocasiones han presentado informes y solicitudes para renovar la infraestructura. Sin embargo, solo obtuvieron promesas y parches temporales. “Las autoridades privilegian sus grandes obras antes que garantizar la seguridad de miles de familias que dependemos de este mercado”, afirmó.

A su vez, el administrador del mercado Modelo, Rafael Margaret, confirmó la versión de los hechos. Detalló que los ocho puestos damnificados “serán asistidos” tanto en lo técnico como en la reposición de sus techos.Además, informó que Defensa Civil sugirió clausurar todo el lugar, por 30 días, ante el deterioro generalizado. Margaret aclaró que las áreas derrumbadas fueron acordonadas para prevenir mayores incidentes. No obstante, observó resistencia de algunos comerciantes por desalojar pese al peligro. Por ello, advirtió que de ser necesario “usará la fuerza pública” en resguardo de la vida y salud de los ocupantes. El funcionario edil estimó que unos 20 locales podrían colapsar si no se refuerzan las viejas estructuras, corroídas por óxido y uso. Detalló que los techos tienen 60 años de antigüedad y su vida útil está vencida. Además, reveló que la comuna ya destinó personal técnico para evaluar en conjunto con los propietarios. Finalmente, Margaret garantizó dar alternativas para que los vendedores de alimentos perecibles sigan operando mientras dure la remodelación, y no descartó decretar el cierre total si el análisis lo determina.