En el marco de los 202 años de la Independencia del Perú, en la región Lambayeque se reconoce y evocan a figuras importantes durante el proceso emancipador del país.

 

Sin embargo, detrás de este acto heroico, en la era colonial también existen héroes anónimos que tuvieron una influencia trascendental, pero no son incluidos en la memoria regional y nacional.

 

Para ello, dialogamos con el historiador Guillermo Figueroa Luna, quien a través de estudios e investigaciones logró rescatar algunos nombres de personajes de la época pre independentista y que por mucho tiempo permanecieron en el anonimato, pero merecen ser reconocidos, porque desde sus orígenes como indígenas, marcaron el sendero para liberarnos del yugo español.

 

Uno de ellos es Sequipo, quien fue un kurakas de Jayanca, y lo considera como uno de los muchos héroes que dieron la vida para defender a su pueblo en el marco de la resistencia contra la opresión colonial.

 

Sequipo, jefe étnico lambayecano que intentó reducir el monto del tributo para proteger a los tributarios y que fue ejecutado en 1540 por los invasores colonialistas durante una visita que se denominaba a la acción colonial de censo y administración, mediante el cual las autoridades de los invasores prehispánicos contaban a la población, recursos de la zona para establecer el monto de los tributos.

 

Otro personaje es Clemente Anto, procurador del común del pueblo de Lambayeque y tuvo una persistente actitud de defensa de sus paisanos (indios) y los recursos naturales de Lambayeque.

 

Nació en noviembre de 1739 en el pueblo de Lambayeque y a los dos días siguientes fue bautizado.

 

En 1784 repartió tierras para los indios, en tanto, en 1795 ayudó a la comunidad de Pacora a defender sus tierras.

 

El 15 de enero de 1804 fue preso y enviado al frontón de Lima por encabezar una revuelta, regresó enfermo y murió al poco tiempo el 10 de junio de 1810.

 

En esa línea, Figueroa describe a Clemente “fue uno de los pocos que sabía escribir, era muy culto, pero en general los datos sobre las actitudes de los indios son muy pocas, hemos tenido que escarbar por todo sitio”.

 

Por otro lado, Guillermo Figueroa, también narró sobre la rebeldía de otros personajes.

 

Cinco rebeldes ferreñafanas participaron en un levantamiento (rebelión), esta vez iniciado por los esclavos fugitivos o cimarrones, quienes, en su búsqueda de libertad, se agruparon en una aldea fuera del control estatal, tipo de agrupamiento que entonces era llamado Palenque.

 

Las ferreñafanas: Simona Vilela, Isidora Alvares, Gertrudis Castro y María Salazar y una dama de la élite (cuyo nombre no aparece) sufrieron prisión, acusadas de estar complicadas en el levantamiento.

 

Además, en la toma de la hacienda de Tumán por sus esclavos se registró participación de mujeres esclavas.

 

En este contexto, Figueroa comenta “se debe resaltar su rebeldía, su lucha por la libertad, mientras sus patronos lucharon defendiendo la colonia, ellos lucharon por la libertad porque los que hicieron la independencia eran hacendados”.

 

Añadió que una de la razón por la que se desconoce a los citados personajes es porque “la historia que se repite en colegios y hasta en la universidad es la historia escrita por los conquistadores”.