Mórrope, Pacora, Íllimo, Mochumí y Jayanca no solo comparten la categoría de distritos de la provincia de Lambayeque o el formar parte de la Mancomunidad Municipal del Valle La Leche. Comparten, para perjuicio de sus miles de moradores, el haberse expuesto de manera diaria al consumo de agua con arsénico, debido a la falta de programas adecuados de saneamiento básico.
TIEMPO DE ESPERA
En 2018, y ante las sospechas de la presencia del metal pesado en el recurso hídrico de los pozos de agua en Mórrope, un estudio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos encontró que el recurso hídrico contenía arsénico por encima de los niveles permitidos. El resultado motivó a que el Ejecutivo Nacional declarara en estado de emergencia las localidades de Arbolsol, Carrizal, Casa Blanca, Cruz del Médano, Fanupe Barrio Nuevo, Lagunas, Santa Isabel, Tranca Fanupe, y Tranca Sasape por un plazo de 60 días.
En el marco de la medida, la Gerencia Regional de Salud tomó muestras a 191 personas, la mayoría, niños y gestantes, de las cuales 166 dieron positivo al metal pesado en sus cuerpos.
Un año después, y tras la alarmante experiencia de Mórrope, la municipalidad de Pacora solicitó a la Geresa una evaluación para los pobladores que se abastecían de los pozos La Victoria, Puente Machuca, caserío Pueblo Viejo, Pozo N°01, Pozo Casa Embarrada, Las Delicias, Pozo N°02 y Estadio Municipal. La toma de análisis por parte de la Geresa confirmó no solo la sospecha, sino que evidenció que el nivel de arsénico ya consumido por la población era superior a la contaminación de Mórrope. Pese a ello, la atención del Ejecutivo tardaría en llegar hasta agosto de 2020, en medio de una todavía desconocida pandemia que obligaba a los moradores pacoranos a hacer largas filas para acceder al líquido elemento a través de cisternas, mientras se exponían a contraer covid.
Mientras ello ocurría, a más de 14 kilómetros de distancia, nueve mil ciudadanos del distrito de Mochumí lograban la atención mediática porque uno de sus pozos de agua arrojó presencia de arsénico, lo que provocó que la población dejara de consumir agua de esa fuente.
MEDIANA SOLUCIÓN
En el caso de Pacora, una obra para agua en el distrito detuvo el consumo de agua contaminada de varios sectores. No obstante, la población ha señalado que el número de personas intoxicadas con el metal pesado sobrepasaba los 200 casos, y en 2022 solicitaron más pruebas. Por su parte, la Geresa se ha defendido. El año pasado, y tras la convocatoria para un seguimiento sanitario a la población inicialmente afectada, menos del 50 % de los interesados acudió a la campaña médica.