Pese a que el Congreso aprobó con 93 votos a favor, 30 en contra y 1 abstención el dictamen que dispone el adelanto de elecciones generales para abril de 2024, aún se desconoce si el proyecto contará con la misma suerte en la segunda votación que se desarrollará en la siguiente legislatura ordinaria.

 

Al respecto, especialistas locales opinaron que esto puede llevar a más caos; en tanto, el Congreso de la República deberá apresurar las reformas en el más breve plazo.

 

El constitucionalista electoral, Freddy Hernández Rengifo, señaló que con esto, los congresistas quieren asegurar su permanencia tres años en el poder para disfrutar de los beneficios, buen sueldo, viáticos, gastos de representación y el poder de dar leyes; “son insensibles al problema político estructural que tenemos y han dado la espalda al país. La ciudadanía quiere elecciones el 2023, quieren nuevos representantes en el Congreso y en el Gobierno, que no hayan participado en la actual crisis política”.

 

Comentó que el Gobierno, con la crisis política, social, y económica no va a poder solucionar los problemas del país y el descontento va a aumentar; “es peligroso, porque los grupos violentistas pueden aprovechar para seguir ocasionando el caos, que puede terminar con la renuncia de Dina Boluarte”.

 

Para la exparlamentaria joven, Alexandra Chirinos Tuesta, más allá de si contenta o no el clamor popular este adelanto de elecciones para abril de 2024, es que no obedece a intereses colectivos; “si uno evalúa, en su momento cuando se solicitó el adelanto de elecciones en el año 2023, quiénes fueron las bancadas que apoyaron este pleno, fue lo que tanto denominan la derecha; entonces quién está en contra de verdad, ¿no es la bancada de Perú Libre o de la Izquierda la que se opuso al adelanto de elecciones?”.

 

Añadió que se está buscando imponer el caos que es la mejor estrategia que tuvo Pedro Castillo y la continuación Boluarte, para generar inestabilidad político-social que lleve a lo que han buscado desde el inicio, la Asamblea Constituyente.

 

A su turno, representantes de la sociedad civil se muestran dubitativos con relación a lo que ocurrirá con la obligada segunda votación a la cual deberá someterse este dictamen en la siguiente legislatura de febrero.

 

Así lo sugirió el coordinador de la Asamblea de Delegados de Organizaciones de la Sociedad Civil de Lambayeque (ADOSCIL), Jorge Alarcón Gasco, quien explicó que esto se debe a la falta de credibilidad que ostenta el Legislativo.

 

“Los congresistas no escuchan la calle, pese a que han perdido credibilidad y legitimidad. Respecto a lo que han aprobado, la población no lo cree porque piensan que van a seguir hasta el año 2026, además, aún no se sabe cómo se manejará la segunda votación, y puede que no voten a favor, por eso la gente reclama que el proceso sea más rápido porque cree que solo se está dilatando el proceso electoral. El legislativo está pensando que ya convenció a la población, cuando todo es lo contrario”, acotó.

 

Una posición similar compartió Luis Montenegro Serquén, coordinador de la Mesa de la Lucha contra la Pobreza de Lambayeque, quien indicó que la aprobación del dictamen solo asegura la continuación de más protestas.

 

“Si buscamos un término técnico para que haya un adelanto de elecciones bien hecho debería ser en 2024, pero sabemos que esto no va a ser así. Ellos deben irse en 2023, pero si siguen defendiendo lo de las elecciones en 2024 los paros continuarán. Lo que estamos viviendo es terrible, al igual que lo que podría venir por esta decisión”, añadió.

 

En cuanto a la presidenta Dina Boluarte, ambos coincidieron en señalar que no podrá realizar una buena gestión en la medida que el “pueblo continúe en las calles”, e instaron a que emita una opinión conminando el adelanto de elecciones, pero para el próximo año.

 

Para Alexandra Chirinos, más que el Ejecutivo, quien tiene la sartén por el mango hoy por hoy es el Legislativo y lo que debe hacer ya, es presentar el pliego de reformas constitucionales y electorales, a fin de poder garantizar que el próximo proceso electoral tenga mejores propuestas y pueda mejorar incluso la oferta electoral para que el ciudadano pueda escoger medianamente decente.

 

“Si adelantamos unas elecciones sin haber hecho modificaciones sustanciales vamos a tener más de lo mismo, un parlamento que no representa, gente improvisada, cuestionada, candidatos que ni siquiera han estado inscritos en partidos o que no tienen identidad partidaria y solo caudillean en elecciones”, afirmó.

 

Luis Montenegro señaló que de replantearse el adelanto de elecciones en 2023, el siguiente problema que enfrentará la ciudadanía es elegir a representantes ideales para el Ejecutivo y el Congreso, y evitar estos enfrentamientos que tienen en vilo el destino del país desde el año 2016.

 

“Desde el 2016 cuando PPK (Pedro Pablo Kuczynski) ganó (las elecciones) y liberó a (Alberto) Fujimori se generó el problema entre el Congreso y el Ejecutivo; estamos en 2022 y esto no para. Si bien la pobreza no se disparó, hemos retrocedido diez años. El problema será de dónde sacar a los líderes, el panorama con los partidos políticos no es esperanzador”, acotó.