Los trabajos de fiscalización fitosanitarias en zonas de gran producción agrícola como el distrito de Olmos, Motupe, Mórrope, Chiclayo, etc. se ven afectados por la paralización de labores que realiza el personal del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA) en la región Lambayeque.

 

Así lo indicó el especialista en Ingeniería Agrícola, Manuel Millones Chanamé, quien precisó que debido a la importante labor que cumple el SENASA respecto al control, fiscalización y auditoría de los productos fitosanitarios, fertilizantes y enmiendas en el ámbito nacional, el detenimiento de sus actividades estaría causando un desequilibrio para el sector agroindustrial.

 

“Dentro de ese recurso humano se encuentra el personal que está orientado al tema de las inspecciones de campo fitosanitario, que debe hacer inspecciones en campo para ver el tema de las plagas y enfermedades. Asimismo, el tema sobre el otorgamiento de certificación sanitaria para el caso de exportación de productos agropecuarios”.

 

Asimismo, explicó que el trabajo de la institución agrícola se ve afectado ante situaciones como la paralización de labores, tal como sucedió hace unos días atrás, donde el acatamiento de la medida de protesta se presentó en Olmos en un orden del 80 %, en Motupe en 50 % y en Chiclayo en 10 %.

 

“Por el momento, en SENASA no está cambiando la cosa, pero sí existen protestas de mayor duración, serían mayores los problemas porque se va limitar el trabajo y por ende se tendrá problemas para la certificación y en la exportación”, acotó el especialista.

 

Cabe mencionar que los trabajadores de SENASA el pasado miércoles, reanudaron sus labores después de dos días de protesta por el pliego de reclamos que en reiteradas oportunidades presentaron sin tener mayor respuesta.

 

Informaron, que más del 50% de trabajadores laboran en situación de precariedad, con contratos de Locación de Servicios, pese a realizar labores de carácter permanente.

 

Agregan que, los trabajadores del régimen de contratación administrativa de servicios (CAS), que representan el 35 % de la masa laboral, tienen remuneraciones paupérrimas, y sufren hostilización.

 

“Los sueldos de los trabajadores del régimen 728, que son un 15 % del total, están congelados desde hace más de 12 años, cuyo efecto se agudiza con el aumento del costo de vida y la pérdida de su capacidad adquisitiva por la inflación”, indicaron.