En la región Lambayeque la situación de trabajo infantil y mendicidad sigue siendo uno de los factores de riesgo para los niños y adolescentes ya que, según las estadísticas reportadas por el Comité Directivo de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil, hay un aproximado de 60 000 menores de edad que trabajan en diferentes modalidades.
La coordinadora del Servicio de Educadores de Calle del Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (Inabif), Ana Mera Ayala, señaló que los indicadores del nivel de trabajo infantil y mendicidad se triplicó a nivel regional, en diferentes modalidades de trabajo.
“Esta pandemia ha conllevado a que haya diferentes modalidades de trabajo en niños y adolescentes, lo lamentable es que esta situación se presenta en alto porcentaje en los distritos de Chiclayo, José Leonardo Ortiz y La Victoria”
EDUCADORES
Según Ana María Mera Ayala, el servicio Educadores de Calle, alberga a 200 niños y adolescentes que presentan mayor factor de riesgo y sus derechos son vulnerados por el trabajo en las calles o la mendicidad.
“Nosotros usamos una metodología no convencional, que consiste en atenderlos en el espacio donde se encuentran, primero generando confianza para luego poder obtener información real, porque generalmente los niños brindan datos falsos debido a sus condiciones”, mencionó
La educadora, mencionó que una vez que los menores de edad ingresan al servicio, son atendidos por dos años, este tiempo es dividido en tres fases: reinsertar a los menos al sistema educativo, identificar y sensibilizar a las familias para que vayan asumiendo su rol protector en el transcurso de dos años en los que también se van fortaleciendo sus competencias parentales.
“Si después de dos años, los familiares aún continúan mandando a trabajar o mendigar a los menores, informamos a las instancias mayores y se procede con la investigación por la desprotección o no albergue, pero esa sería la última opción”, detalló.
PLAN ARTICULADO CON INSTITUCIONES
La coordinadora del Servicio de Educadores de Calle, precisó que para reforzar el servicio que brindan se trabaja a través de proyectos, por ejemplo, con la Sociedad de Beneficencia de Chiclayo (SBCh), la Unidad de Gestión Educaiva Local (UGEL).
“Eso quiere decir que articulamos con otras instituciones a través de resoluciones porque esto debe ser sostenible en el tiempo de trabajo. Uno de estos proyectos es, “Estrellitas en Situación de Calle”, donde los 270 niños están recibiendo alimentación diaria, gracias al trabajo coordinado con la SBCh”, sustentó.
Asimismo, mencionó que los educadores solos, no pueden atender todos los casos, dado la complejidad de las familias, por lo tanto, se busca articular el trabajo con otras instituciones que contribuyan en el proceso de aprendizaje y se garantice la permanencia de los alumnos.
“Hasta la fecha, tenemos a los niños estudiando en 55 instituciones educativas y a la vez se busca que sean atendidos en los diferentes servicios públicos para que su situación vaya mejorando”, declaró.
“Usamos una metodología no convencional, que consiste en atenderlos en el espacio donde se encuentran, primero generando confianza para luego poder obtener información real. ”
Ana María Mera Ayala
Coordinadora de Educadores de Calle