La protesta de los taxistas informales se está desbordando y el alcalde Marco Gasco debería sentarse a conversar con ellos para tratar de arribar a una solución.

 

Así opinó el experto en transporte público, Jesús Muñoz Zambrano, quien subrayó que puede desencadenar en hechos de sangre, ya que según su apreciación, hay muchos extranjeros que son muy agresivos.

 

“Creo que la solución ahora es que el alcalde debe sentarse a conversar con los informales, de tal manera que pueda parar esta escalada; no se puede reprimir si no has hecho nada por solucionarlo o por normar y encontrar una salida”, afirmó.

 

Agregó que una salida puede ser regularizarlos a todos, ponerles plazo para el cambio de unidades con pesos y medidas exigidas; “en este momento qué van a pedir a la gente, aparte que no hay un estudio del municipio que diga cuántas unidades necesita”, resaltó.

Lamentó que esto se ha desbordado y no hay ningún estudio municipal, mientras que la oficina de transporte no ha hecho absolutamente nada.

 

Remarcó que la situación es tomar el toro por las astas y sentarse a conversar, regularizarlos a todos, que paguen su inscripción y emitir luego una ordenanza poniendo plazos de acuerdo a la antigüedad del vehículo y así ir retirando los carros más antiguos que no cumplen con peso y medida. Luego se envía a Lima, al Ministerio de Transportes, para que la validen.

 

Comentó que hace años había un proyecto de ordenanza, pero estaba más orientado a lo que el taxista quería; sostuvo que tal vez se podría probar un color definitivo para los taxis e inscribirlos a todos, pero no se puede sacar a nadie por un tema social.

 

“Cualquiera no puede ser taxista, hay muchos que maltratan al pasajero, eso tampoco, deben pasar exámenes sicológicos y de conocimiento de las calles de toda la jurisdicción de Chiclayo, conocimiento de centros asistenciales, edificios públicos, etc.”.

 

Lo más importante dijo, es hacer un cronograma de renovación de unidades para que cumplan con el peso y medida, de acuerdo a ello los taxistas verán si es rentable o no.

 

“Esa es la alternativa, porque si el alcalde solamente va a la represión se le van a ir encima”, argumentó y sostuvo que serán unos 30 mil taxistas en general y más de 15 mil informales, aunque los formales tampoco tienen peso y medida. Reiteró que no es cuestión de imponer solamente represión y llevarlos a un pampón donde el auto podría ser canibalizado, porque no es el adecuado. Además, refirió que esta situación motiva que los inspectores cometan abusos y pueden ser denunciados ante el Poder Judicial, sin nadie que los pueda defender. “Están haciendo mucho abuso y los transportistas también están exasperados”.