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Publicado el Viernes, 21 de Enero del 2022

Distrito de JLO: lejos de un eje comercial

Moshoqueque es el punto más comercial del distrito, pero no se ajusta al desarrollo.
Convertir a José Leonardo Ortiz en un distrito moderno, competitivo, con capacidad de gestión empresarial sostenible y lograr una seguridad ciudadana eficiente y responsable, son dos de los seis objetivos que el alcalde de la Municipalidad Distrital de José Leonardo Ortiz, Wilder Guevara, desarrolló en su plan de gobierno como candidato para ocupar el sillón edil, pero al parecer sin mucho éxito.
 
“Si el alcalde (Guevara) quería poner a José Leonardo Ortiz como polo de desarrollo debió hacerlo de la mano delos comerciantes”, señala Johnny Rojas Balladares, presidente del Consejo de Coordinación Local (CCL), quien criticó el actual estado del mercado Moshoqueque, uno de los centros de abastos “más contaminados de la región y, acaso, del Perú”.
 
Justamente, Moshoqueque es uno de los puntos más mencionados en el plan de gobierno del actual alcalde, quien incluso lo proyecta como un “centro comercial de abastecimiento nacional e internacional”.
 
No obstante, Rojas Balladares criticó el atraso en el que se sigue sumergiendo este mercado. En ese sentido, recordó la fallida gestión ante una ordenanza municipal que, dictada por su antecesor Epifanio Cubas, pretendía recaudar más de S/5 millones por concepto de merced conductiva y que, ahora por anulación del Tribunal Constitucional solo logrará unos S/ 600 000 por año. “Cuando (Guevara) fue candidato se comprometió a solucinar ese problema porque los comerciantes le propusieron pagarle una merced conductiva anual de S/3 millones, pero ya en el cargo no quiso escucharlos. Ellos apelaron y el TC anuló la ordenanza. El eje empresarial debió ser parte de un sueño”, explicó.
 
Por su parte, el trabajador edil Ronald Gonzales lamentó que se haya invertido más de S/ 1 millón en un “elefante blanco” como es el edificio destinado para el Mejoramiento del Servicio de Seguridad Ciudadana, una obra que “se demoró dos años en entregarse cuando su plazo de ejecución era de un año. Con cámaras de vigilancia que no funcionan, con computadoras que empezaron a presentar fallas ni bien las estrenaron”, por lo que ahora forma parte de una investigación fiscal.
 
El hecho de no haber cumplido con otras necesidades para el distrito, señala Gonzales, debe ser motivo de más intervenciones de la Fiscalía. “Tardar da motivo de pensar otras cosas”, añadió.
 

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