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Publicado el Lunes, 07 de Junio del 2021

Advierten casos de trastornos de conducta en menores

El “encierro” producto de la pandemia está afectando también a los menores de edad.
La aparición de los trastornos de conducta a causa de la pandemia genera una alerta, pues factores externos como el confinamiento o el aislamiento, pueden acentuar dichas conductas negativas en niños y adolescentes, secundarias al mayor estrés que provoca la pandemia.
 
En la Red de EsSalud los trastornos de comportamiento más comunes que se han detectado es la depresión, ansiedad, incluso trastornos fóbicos, obsesivos compulsivos, trastornos de pánico, fobias y hasta claustrofobias.
 
Además de alteraciones en el apetito y sueño, así como apatía.
 
También se ha encontrado en los niños el Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD), que se caracteriza por presentar conducta de confrontación y resistencia a las figuras de autoridad, generalmente padres o maestros, lo que produce un gran clima de tensión en la familia y el colegio.
 
La psicóloga del hospital Almanzor Aguinaga Asenjo, Rosa Aldana Primo, indicó que se desconoce con exactitud las causas de un TOD, pero puede ser que el encierro implique en su desarrollo con frecuencia.
 
“Les dicen cúbrete la boca, lávate las manos, no salgas, no te retires la mascarilla. Mamá quiero salir y se les dice no, ese comportamiento negativo de los adultos es un desafío para ellos”, comentó.
 
AGRESIVIDAD
Explicó que, ante esta situación, el niño va a demostrar su irritabilidad y molestia por todo, y por supuesto generará la negación a la orden de los padres. El comportamiento combatible y desafiante va asociado a una agresividad y afán de venganza.
 
“Muchos pueden entender hasta cierta magnitud el grado de dificultad y peligro en las calles ante la contaminación en esta pandemia, pero no la entiende en toda su magnitud, eso genera todos los problemas”, acotó.
 
Además está el Trastorno Obsesivo Compulsivo y una alta cantidad de casos de ansiedad fóbica, por supuesto pánico a quedarse encerrado en casa y demás.
 
“Un niño está acostumbrado a jugar, a disfrutar del recreo, el compañerismo y ahora ya no lo hace. Hay depresión y más dificultades en el desarrollo normal (…) Hay que trabajar mucho la gestión de las emociones, el trabajo de estilos de crianza de los padres y un trabajo con toda la familia, que es el soporte”, aseveró.
 

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