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Publicado el Martes, 25 de Mayo del 2021

888 madres adolescentes registra Reniec en región

Menores requieren un mayor cuidado de los adultos, pero también del Estado.
La coordinadora regional de la Red Poder de Mujer, Angélica Musayón Chira, señaló que se necesita abordar de manera integral la situación de aquellas menores víctimas de violación que se convierten en madres, teniendo en cuenta que 888 adolescentes fueron registradas en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) de Lambayeque, en condición de madres.
 
“Es una cifra que no se detiene. La situación es dramática, no solamente por su constitución biológica y fisiológica, donde todavía el cuerpo (de la menor) no ha terminado su desarrollo interno y externo, y está siendo sometida a un evento como el embarazo, que significa una gran demanda física, y sobre todo emocional y social”.
 
El Reniec Chiclayo dio a conocer que entre los años 2018 y 2020 fueron registradas 888 madres adolescentes, entre los 12 y 15 años de edad. Según indica, se registraron 7 jóvenes madres de 12 años, 45 de 13 años, 228 madres de 14 años y 608 de 15 años. Asimismo, durante el 2018 se identificaron 330 madres jóvenes, mientras que en el 2019 y 2020 fueron 350 y 208 respectivamente.
 
VIOLACIÓN
Para Musayón Chira, por la edad de las menores, esto configura una situación de violación. Pues nuestra legislación nacional contempla que una niña menor de 14 años que ha tenido un contacto o tocamiento sexual, es violación sí o sí.
 
“Aquí no cuenta la capacidad de la niña para decidir, la madurez para tomar decisiones y darse cuenta de lo que está pasando a su alrededor. En la realidad, encontramos que en la mayoría de casos han sido forzadas, obligadas, no solo sometidas físicamente, también con chantajes emocionales o psicológicos”.
 
PROTECCIÓN
Angélica Musayón señala que es necesario que se tome conciencia del grave daño que está ocurriendo en la vida y salud de las menores, pero sobre todo, en el proyecto de vida que se está afectando. “La madre, por ser la persona que está más cerca, y a veces el cuidador más próximo a la niña, tiene que asumir un compromiso y proteger, cautelar la vida de niños y niñas”.
 
“Las autoridades, la policía, los jueces y fiscales, cuando estén en contacto en estos casos, deberían abordarlos de manera integral, y poner en un lugar a la niña donde esté alejada de todo el entorno que no la ha protegido”.
 

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