El Covid-19 afectó a todas las personas, dada las medidas restrictivas por la pandemia, y la población venezolana afincada en esta ciudad también fue perjudicada.

 

En Chiclayo son muchas las familias de nacionalidad extranjera que sobreviven, algunas trabajando en la informalidad o de la caridad de los demás, habiendo registrado pérdidas de empleos, desalojos, falta de alimentos, entre otros temas.

 

Cristina Palma es una mujer luchadora de 35 años que llegó hace 2 años y medio a Perú, junto a cuatro de sus hermanos. Recuerda que llegó sin que nadie los espere y pidiendo ayuda para sobrevivir, pasaron muchos días durmiendo en las calles en temporada de invierno.

 

El año pasado cuando llegó la pandemia fueron afectados porque no podían trabajar con libertad. Ella junto a sus familias recordaron a sus compatriotas que viven en un país ajeno y se debe dar el ejemplo.

 

“Debemos dar el ejemplo, para que se quite el mal concepto que tienen de nosotros. La delincuencia no es cuestión de nacionalidad sino de valores”, expresó.

 

Albert López Rivero es otro joven de nacionalidad venezolana, quien indicó que por ahora sobrevive de la ayuda de sus familiares, trabaja de manera independiente, a veces como delivery o depende de cómo se presente el día.

 

Indicó que la situación es difícil y no logra conseguir trabajo.

 

La Diócesis de Chiclayo a través del obispado creó una Comisión de Movilidad Humana y Trata de Personas, desde la cual atiende a la población migrante.

 

En Chiclayo hay gran afluencia de población venezolana, a quien se le ayuda en la regularización de su calidad migratoria, un adecuado registro en las entidades tanto en Migraciones y Relaciones Exteriores, básico para evitar problemas con las autoridades.

 

La coordinadora de la comisión de movilidad humana, Yolanda Díaz Callirgos, dijo que la población en su mayoría venezolana presenta problemas de salud, llegaron a Perú con enfermedades crónicas con las esperanzas de poder vivir.

 

“Ellos necesitan de atención médica y medicamentos, pero para ser atendidos deben contar con SIS, al cual solo pueden acceder quienes realizan sus trámites de extranjería”, acotó y agregó que también hay personas contagiadas con Covid que requieren ayuda.

 

Sostuvo que, con la pandemia, la población quedó sin poder trabajar, ya que muchos sobrevivían del trabajo ambulante, eso conllevó a la alta demanda de solicitudes de alimentos. Otras familias fueron desalojadas del cuarto o casas donde vivían con sus pequeños hijos, debido a la falta de pagos.

 

Se ha creado una casa de acogida para mujeres en situación de riesgo, la parroquia de Reque también ha creado un albergue temporal ayudar.