En el segundo día de la paralización indefinida del transporte de carga pesada, los buses de diferentes empresas se sumaron a la protesta por el alza de combustible y se movilizaron en forma pacífica desde la avenida Agricultura hasta la carretera a Lambayeque, restringiendo el tránsito en esta vía.
A bordo de sus unidades partieron a la carretera donde estacionaron sus unidades y pintaban los parabrisas de los que continúan trabajando, escribiendo la frase viva el paro. Durante su protesta, los conductores utilizaban mayormente la berma, salvo las ambulancias, que sí se les permitió el pase.
Un contingente policial se apersonó al lugar para garantizar que no se corte el tránsito vehicular, pues decenas de buses haciendo sonar sus bocinas y pintados sus parabrisas partieron de las 11:00 a.m. hacia la vía que conduce a Lambayeque.
Antony Alvarado Ventura, representante del gremio de transportistas del Perú y del Norte, sede Chiclayo, remarcó que se trataba de una marcha pacífica en rechazo al alza de combustibles en este gobierno de transición, que llega hasta un 80 %, además, el cobro excesivo de peajes, abuso de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran) con las sanciones y no control del transporte informal.
Recalcó el tema de protocolos que han implementado por el Covid-19, gastando tres mil dólares en cada unidad y luego las tiran abajo con nuevas disposiciones del Ministerio de Transportes y de Salud. Mencionó que exigen también la devolución del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) en un 100% y anulen el ISC para Diesel en transporte de carga e interprovincial.
Alvarado Ventura dijo que son más de 30 formales en Lambayeque. Las empresas más grandes tienen más de cien unidades y es difícil calcular el número de personal, pero dan trabajo a muchísimas personas.
Desde ayer ya no tienen salidas desde Chiclayo a cualquier punto del país como Lima, Cajamarca, Chota, Trujillo y las marchas pacíficas continuarán hasta lograr una mesa de diálogo, sino se verán en la necesidad de tomar vías para hacer valer sus reclamos.
Lamentaron lo que consideran un abuso de las municipalidades al llevarlos al depósito y cobrarles altas sumas. Con esta paralización muchas familias se quedan sin llevar un pan a su mesa.