Luego de dos años de estar al frente de la presidencia de la Junta de Fiscales Superiores de Lambayeque, Jorge Juan Arteaga Vera, le cederá la posta a Alejandro Lamadrid Ubillús, a partir del primer día hábil de enero próximo.

 

A días de entregar el cargo, Arteaga Verá se confesó a solas con La Industria, detallando pormenores de lo que será su balance de fin de año y ejercicio 2019- 2020.

 

Con la adversidad por la pandemia Covid-19, a nivel de resultados creo y siento que es favorable para el Ministerio Público (MP) y la sociedad, porque en mi gestión se crearon las Fiscalías Especializadas en Violencia Contra la Mujer, actualmente son 15 fiscales en Chiclayo y 6 en J. L. Ortiz que ven este tipo de delitos. De todos estos, 7 plazas (fiscales) son nuevos, porque se hizo una conversión.

 

Estos procesos representaban el 30 % de los casos en total que conocía un fiscal penal en Chiclayo y en J. L. Ortiz, de tal manera que ahora los fiscales penales tienen menos recarga procesal.

30 % es un índice bastante alto en este tipo de delito.

Sí, alto en número de denuncias por esta clase de delitos, lo que originó que gestionara esto ante la Fiscalía de la Nación y con los datos estadísticos se atendió esta necesidad.

 

En general Lambayeque tiene una carga fuerte, después de Lima y Arequipa, nos ubicamos en una zona donde hay bastante índice delictivo en general y violencia familiar es el 30% de la carga.

 

Así es, es la mirada del MP.

 

También se creó un despacho Contra la Criminalidad Organizada con un fiscal provincial y dos adjuntos; se creó la Fiscalía de Extinción de Dominio integrada por tres fiscales, se repotenció la Fiscalía Provincial Mixta de La Victoria con dos fiscales adjuntos más, se designaron dos fiscales en el despacho provincial civil de la Familia de Chiclayo y un fiscal en la provincial penal de Lambayeque.

 

Aún no alcanza. En el 2018 la Secretaría Técnica del Nuevo Código Procesal Penal estableció que Lambayeque como región necesitaba 32 fiscales y con esta gestión estamos acortando la brecha, hemos avanzado tremendamente con casi la mitad.

 

Encontré más de 501 computadoras, entre el sistema fiscal y administrativo, con más de 10 años de antigüedad, con un valor contable de un sol que no aceptaban, ni siquiera, antivirus porque no tenían el avance tecnológico.

 

Mi gestión a la fecha adquirió más de 280 computadoras y en los próximos 30 días llegan 210 más, con lo cual se renueva, casi en su totalidad, el parque informático. Además se adquirieron 60 impresoras.

 

En realidad, la criminalidad en Lambayeque siempre ha sido ascendente, el índice delictivo siempre ha sido alto en esta región.

 

Siempre en Lambayeque la curva (de la carga procesal) es ascendente.

 

Esta es un 25 % de la carga por muchos años en Lambayeque, pero ahora lo superó violencia familiar con 30%.

 

Este es un problema cultural, social, que no solo se va a resolver con normas legales, sino que requiere de un cambio de mentalidad de los peruanos, desde las familias que inculquen los valores que corresponde para respetar a la mujer, básicamente.

 

Por el número de casos, que aún no es muy alto, pero sí representativo y complejo, una fiscalía de lavado de activos sería importante en Lambayeque, actualmente esta carga la viene conociendo la Fiscalía Anticorrupción.

 

En Lambayeque la reforma procesal penal ha sido beneficiosa para el ciudadano a través de procesos materializados en audiencias públicas, orales y contradictorias, donde la prensa puede presenciar cómo se realiza una prisión preventiva.

Pero también hay casos emblemáticos que siguen esperando, como el de Beto Torres, por ejemplo.

Son casos que demoraron, pero no por el sistema, a pesar de esto, los procesos acá en Lambayeque son más céleres y transparentes.

 

Siempre habrá la necesidad de mejora, siempre esta va a existir en la medida que necesitemos más jueces, fiscales y policías, por eso quizá por ahí venga una insatisfacción de la ciudadanía.