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Publicado el Domingo, 13 de Octubre del 2019

El poder de las manos y el tarot

Llegó a tener el dinero que quiso y una larga lista de amigos que lo buscaban para saber sobre su futuro o para recibir un consejo

 Manuel Jesús Vargas Ávalos, más conocido como “Charuma”, es uno de los más reconocidos parasicólogos que vive en Chiclayo. Hoy, a sus 103 años de edad y una mente lúcida, nos recuerda por qué se dedicó a esta actividad y nos revela la larga lista de sus amigos, entre los que figuran desde presidentes hasta los más famosos artistas nacionales y extranjeros.

Durante muchos años los oyentes de la radio o los lectores de algún periódico en Chiclayo, Lima o Bolivia, esperaban con muchas ansias que el horóscopo de “Charuma” les dijera cómo les iba a ir en el día o cuál sería su suerte en el amor, salud o dinero.

Manuel Vargas Ávalos, conocido parasicólogo, nacido en Otuzco, La Libertad, pero radicado muchos años en Chiclayo, era el encargado de elaborar los horóscopos y en muchos casos, leerlos en las radios que contrataban sus servicios.

Fueron más de 29 largos años dedicados a esta actividad, que se inicia con la investigación prematura de la astrología, cuando –según asegura- tenía apenas 13 años de edad.

“Mi vida ha sido dura y agradable. Tenía trece años cuando empecé a investigar astrología. Porque leí la astrología que también la han practicado los lemurianos, los atlantes, los egipcios y hasta los mismos romanos”.

Fue así como a la edad de 20 años empieza a elaborar los horóscopos a solicitud de radios, periódicos y algunas revistas extranjeras. Aunque, un día decidió no volver a hacerlo nunca más.

“He preparado y leído (los horóscopos) y he ganado la plata que he querido. Te hablo con la verdad.Porque yo escribía horóscopos para revistas de tiraje mundial y me pagaban en dólares, fuerte”.

Dice que se convenció que la astrología no era ciencia, aunque si bien como medio económico le ayudaba, no tenía el peso de una ciencia, por lo que tomó la drástica decisión de abandonar los horóscopos y la astrología.

“Pero al constatar que no era ciencia, después de 29 años, ni un horóscopo más. Deje el horóscopo, pero no con pena. Porque no le veo efecto científico. Es una costumbre, una superstición que puede estimular a la fe. Se anticipa. Yo leía y escribía los horóscopos de acuerdo al movimiento astronómico, puede haber cosas que se dan o son coincidencias”.

PODER DE SANACIÓN

Cuando apenas tenía entre cuatro a cinco años de edad, sus padres descubrieron en él que tenía poder de sanación en las manos. Era una energía que ayudaba a la gente a mejorar de alguna dolencia.

“Mi madre era caritativa, nunca negó mis servicios y nunca cobró un sol. Hoy, cien años después, tampoco cobro por imposición de manos. Nunca he cobrado y eso puede desmentirme cualquier persona”, señala.

Sin embargo, un día su padre, que era director de la banda de música de Moche, decidió sacarlo de Otuzco y llevarlo a Trujillo, porque su fama era tanta que mucha gente acudía a pedirle la imposición de manos. Pero cuando llegó a esa ciudad, nada fue distinto, ya todos se habían pasado la voz de que el niño con poderes en las manos, había llegado.

“Desde los seis años quise entender qué pasaba, por qué sucede esto. Yo nunca acepté el milagro en mí. Sobre todo, siempre he buscado y sigo buscando la base científica. No considero que sea un milagro, considero que es una descarga de energía”.

Y es que para Manuel Vargas Ávalos, la energía es natural y la tiene cualquier humano, “emanamos una energía. Cualquier humano emana una energía, un magnetismo”. Dice que buscó en libros tratando de encontrar una respuesta a lo que le ocurría, mientras muchas personas seguían acudiendo a él y su fama aumentaba cada día.

Afirma que respeta a las vírgenes, pero no las idolatra. No cree en la biblia. “Si yo creyera que la biblia me va a ayudar a servir a mi gente, pusiera cien biblias. Yo pienso que la gente tiene deficiencias físicas, sicológicas donde no entra a tallar la biblia. Así que empecé a investigar”.

EN BOLIVIA

Cuando ya adulto, el deseo de investigar y saber el porqué del poder de sus manos lo llevó hasta Bolivia, y es que pensó que, como este país tiene cinco fronteras era más fácil que los libros ingresen de todas partes.

“Me dije que de tantas carreteras lleguen libros y me abran un poco la oscuridad”. Pero el camino se le seguía abriendo y las posibilidades de éxito mucho más. Sus presentaciones en radio, televisión y hasta en teatro le permitieron “ser uña y carne con René Barrientos (Ortuño) quien dio golpe de Estado a Víctor Paz Estenssoro (4 de noviembre de 1964”.

Recuerda que siempre le invitaba a ceremonias o reuniones protocolares. Una vez René Barrientos le envió una invitación donde le señalaba que iba a tener una reunión con su gabinete y con toda su familia en un lugar privado.

“Éramos amigos. Me fui. Estábamos en la reunión y se oye un estruendo. No sabíamos que era en su casa, le habían volado toda su casa. Si él no salía de su casa para la reunión (moría). No le atribuyo que yo le salve la vida. Pero la gente le atribuía a mí”, y su fama siguió aumentando al igual que sus presentaciones en los teatros.

“Más fama, y yo me presentaba en teatros y ganaba el dinero que quería. Todos los dedos con puro sortijas de oro (ríe). En Bolivia me quedé cinco años. Ganando mucho dinero y prestigio, era muy famoso. Iba a Brasil, Paraguay, Argentina y Chile”.

AMIGOS Y LAS FOTOS

“Charuma”, como así lo conocen sus amigos, clientes o quienes lo han tratado, ha dedicado la mayor parte de su vida a la parasicología. Actividad que lo ha llevado a tener en su lista de amigos a personajes famosos de la política y el espectáculo.

Y en su lista de amigos, con muchos de los cuales aparece en fotos, que estuvo a punto de botar pero que su sobrino recuperó, aparecen cantantes, animadores de televisión, actores y hasta luchadores.

Sandro de América es el que aparece entre sus recuerdos. Fueron grandes amigos y mantuvieron comunicación hasta poco antes de la muerte del cantante argentino. Recuerda que no murió por ser alcohólico sino por fumar mucho.

“Él me consultó para ver si se operaba. Me habló por teléfono. No lo hagas (le dije) porque no te va a ir bien. Y le fue mal”, dice don Manuel Vargas. Sandro murió un 4 de enero de 2010 en Mendoza, Argentina.

Otro famoso con quien compartió buenos momentos fue Kiko Ledgard, animador de televisión. Recuerda que también le consultaba cómo le iba a ir en el trabajo. “Con Kiko éramos muy amigos, muy patas, era muy palomilla. Siempre me consultaba cosas de trabajo”. Lo mismo con Augusto Ferrando, Enrique Escardó y Guido Monteverde.

Con el cantante de rancheras y actor mexicano Miguel Aceves Mejía mantuvo una larga amistad, que no tuvo, por cierto, un buen inicio. Y es que mientras “Charuma” se encontraba en un bar en Bolivia, el cual había ordenado cerrar para disfrutar con sus amigos, Aceves Mejía valiéndose de su fama quiso ingresar, pero Manuel Vargas se lo impidió, a pesar de saber quién era.

Años después, cuando el cantante mexicano se presentó en Chiclayo, se volvieron a encontrar, pero esta vez tras las disculpas correspondientes entablaron amistad olvidando el impase.

La cantante peruana Lucy Villa también estuvo entre aquellos amigos que lo buscaban para reunirse o hacerle algunas consultas. Lo mismo que el ya fallecido y famoso cantante español Manolo Otero.

Rafael, el astro español, no falta en su lista y dice haberse reunido con él cuando visitaba Perú.

“Luis Abanto Morales, era campechano, alternábamos. No los buscaba, ellos me buscaban a mí, por mi fama. Con el Cholo Berrocal, salíamos a aventuras”, refiere.

Recuerda que llegó a tener amistad con el arquitecto Fernando Belaunde Terry, a quien le vaticinó que llegaría a ser presidente de la República. “Nunca fui a sus locales (partidarios).Nadie nos vio en cantinas o cafés, pero nos reuníamos muy discreto. Siempre tenía fama de honrado”.

SE SIENTE BIEN

Hoy, a sus 103 años de edad, con un caminar lento, pero seguro, gran conversador y ameno, se mantiene lúcido, dice sentirse bien y es que al desarrollar la imposición de manos, leer el tarot y hacer uso del espiritismo, siente que está ayudando al prójimo. “Pienso que mientras haya vida, hay que brindarla al prójimo”.

“Uso para sustentarme el tarot, lo leo. Es un naipe egipcio que llevó al éxito a los faraones de esos tiempos. Encontré algo de sustento en la lectura de esos naipes y oriento mis conocimientos y lo vuelco a quienes lo soliciten. Los oriento en el amor, trabajo, negocios o salud”.

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