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Publicado el Jueves, 03 de Diciembre del 2020

Íllimo espera llevar a su guerrero a celebración del Bicentenario

Esperan llevar la escenificación del Guerrero de Íllimo a la conmemoración del Bicentenario de Lambayeque.
La Municipalidad Distrital de Íllimo espera hacerse presente en la celebración del Bicentenario del Primer Grito Libertario en el Norte del Perú, con su recientemente estrenada escenificación del “Guerrero illimano”.
 
Durante los actos por el 115° Aniversario del distrito de Íllimo, se presentó por primera vez esta escenificación en el parque de la localidad, la cual debido a su colorido y sobre todo reflejo de sus antepasados, captó la atención y es muy probable que sea uno de los actos del Bicentenario de la independencia de Lambayeque, el próximo 27 de diciembre.
 
El alcalde de Íllimo, Miguel Baldera Sandoval, informó que la idea de esta representación fue aprobada por un equipo conformado por pobladores de los caseríos y artesanos; quienes elaboraron las vestimentas y utensilios utilizados en la alegoría.
 
Los jóvenes que conforman el elenco pertenecen a la misma municipalidad distrital y trabajan en distintas áreas, pero también lo conforman reinas de belleza del distrito, cultura y turismo.
 
La autoridad sostuvo que es la primera vez que deciden hacer una representación de esta magnitud y por eso recibieron la invitación de la comisión del Bicentenario de la provincia de Lambayeque y vienen planificando y organizando si el proyecto se cristaliza.
 
Explicó que se trata de la cultura mochica, el Guerrero illimano y sus doncellas, quienes arrancaron los aplausos el pasado 22 de noviembre por el 115 aniversario de Íllimo. El elenco lo conforman alrededor de 15 personas.
 
Mientras el Guerrero illimano es trasladado en andas, las doncellas hacen una ofrenda a la diosa luna, que consiste en chicha, lúcuma, pescado, choclo, pallar, loche, algodón nativo y papa.
 
En esta representación emplean el idioma muchik y destacan al guerrero como la clase dominante de la cultura lambayecana. De esta forma Íllimo demuestra que no pierde sus raíces.
 
El hallazgo
El hallazgo del guerrero fue el 10 de agosto de 1996; en una capa de material arenoso descansaba en sueño profundo un hombre de aproximadamente 30 a 45 años de edad, acostado en posición decúbito dorsal con la cabeza dirigida hacia el sur y por el ajuar funerario que presentaba (bastante deteriorado), se trataba de un personaje de status social medio, pero de gran importancia en la sociedad de su época.
 
Posteriormente estudios practicados, determinaron que perteneció a la élite dominante de los Lambayeque (periodo temprano) emparentado genéticamente a la cultura Mochica.
 
Los estudios iniciales practicados en la osamenta concluyeron que se trataba de un guerrero por lo que se le denominó “El guerrero de Íllimo”, pero el mismo arqueólogo que dirigió su descubrimiento manifestó que de acuerdo a estudios bioarqueológicos practicados en los restos, se había determinado que el personaje era un cacique, es decir, el hallazgo consumado mostraba los restos de un dignatario Lambayeque que dirigió los destinos del Íllimo Prehistórico.
 
Era un legítimo representante de la “Dinastía Íllimo”, por lo que debían llamarlo El cacique guerrero de Íllimo.
 
El brazo derecho del personaje estaba extendido lateralmente al cuerpo y el brazo izquierdo flexionado sobre la región abdominal. Posiblemente vestía una túnica funeraria, la misma que estuvo adornada con pequeñas láminas de cobre dorado. Sobre la cabeza presentaba una máscara del mismo metal que representaba al dios Yampaxllec. La cara posiblemente había sido pintada y adornada con un pigmento de color rojo llamado cinabrio. Además se ubicaron dos narigueras, una de oro y otra de plata, ambas con incrustaciones de turquesas, orejeras de cobre dorado y un collar formado por cuatro pequeñas láminas de oro donde se notaban labradas, cabecitas humanas de doble cara, combinadas con pequeñas turquesas y sobre el pecho un pectoral hecho de cuentas tubulares de cobre dorado.
 
Un elemento notable según opinión de los estudiosos fue la presencia de un gran bastón o lanza de madera de 2,6 m. de largo, forrado con cobre, que en su parte superior presentaba un acabado de forma romboidal con diseños de cabezas de serpientes, característica propia de los Lambayeque. Lamentablemente la mayor parte de piezas de metal encontradas y el bastón están muy corroídos y desintegrados.
 
Complementaban el contenido de la tumba unos objetos de metal, alargados a manera de puntas colocadas alrededor de la tumba. También se encontraron un cuchillo o Tumi bajo el brazo, 12 ceramios
quebrados, una cabeza y restos de pata de camélidos (posiblemente llama) y trozos de tiza de huaca. Acompañando al gran señor, se encontraron restos óseos de dos mujeres cuyas edades oscilaban entre los 18 y 32 años, ubicadas una a su lado izquierdo y una a su lado derecho; ambas habían sido enterradas en posición sentadas con las piernas flexionadas, seguramente habían pedido voluntariamente o habían sido escogidas para hacerle compañía a su gran señor en el viaje al más allá.
 
La mujer de la izquierda miraba hacia el oeste y la mujer de la derecha al este, contemplando a su líder que yacía inerte. Las acompañantes también presentaban la cara con restos de cinabrio como respeto a su líder.
 
Este hallazgo es la más cercana raíz ancestral y milenaria de Íllimo. Hoy los restos se encuentran en el museo Brüning de Lambayeque.
 

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