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Publicado el Martes, 26 de Enero del 2021

Lambayeque perdería S/ 50 millones durante el verano

Millonarias pérdidas afrontaría uno de los rubros más importantes de la economía regional, sino se toman las medidas del caso.
El desmedro económico estimado que se le avecina a la región Lambayeque es realmente fuerte, el cual obedecería a las pérdidas que sufrirían específicamente los restaurantes, hoteles y artesanos de nuestro circuito de playas, además del sector gastronómico, sobre todo, los recreos campestres del interior del departamento.
 
Así lo informó a La Industria el gerente regional de Comercio Exterior y Turismo en Lambayeque, Julio Fernández Alvarado, quien indicó que las estimaciones corresponden al movimiento comercial que dejaría de darse en los meses de verano por la emergencia sanitaria que atravesamos y las medidas de restricción social que el Gobierno Central dictó por la pandemia Covid-19.
 
Fernández Alvarado señaló que el sector hotelero no la está pasando muy bien, porque está viendo todo el tema de la pandemia de manera muy negativa.
 
Agregó que, en lo que significa negocios a orillas de playa, estos también se ven afectados, sobre todo porque las personas no se pueden desplazar a esas zonas. En este punto, el funcionario cree que en el transcurso de estos meses, dependiendo como vaya el tema de la pandemia cuyos indicadores de contagio se están elevando, el gran termómetro será si el Gobierno Central “nos quita la capilla, o no”.
 
“Por lo pronto, así como vamos, el panorama es bastante preocupante para el sector, en tal sentido si hablamos de playas, por ejemplo, en los tres a cuatro meses del año que se vienen se estima que tendríamos un impacto, solo en playas, de algo de 50 millones de soles, prácticamente para todo el verano, esto incluye a restaurantes, hoteles y artesanos cuyo punto de negocio está en el circuito playero”, reveló.
 
Fernández fue más que claro al indicar que como es natural, esta situación perjudicará en gran manera a nuestro balneario número 1, Pimentel, donde viven justo de este tipo de productos, “ellos se verán afectados de manera directa”.
 
“Hablamos de hoteles, artesanos, trasporte, del mismo impacto económico, la dinamización de la economía en todas estas playas, el tema de por sí es bastante serio…si esto sigue así, este es el impacto que avizoramos en los próximo 4 a 5 meses”, declaró.
 
CAMBIOS RADICALES
El directivo de AHORA dijo que su entidad estima que en la región son entre 50 a 60 restaurantes campestres, ubicados en carreteras, donde se podría llegar en vehículo privado, incluso muchos optaban por consumir los alimentos sin bajar del vehículo.
 
También se refirió a los restaurantes ubicados en las playas, donde la afectación es desde hace semanas, si bien las personas pueden acudir a tomar el aire y relajarse durante los días de semana, ya no pueden acceder a la playa, disminuyendo considerablemente la llegada de público.
 
“Esta medida no nos apoya tanto, esperamos que pueda cambiar, quisiéramos que sea una circulación sin restricciones, obviamente que las empresas cumplan con el protocolo”, expresó Díaz Vásquez.

¿Y EL DELIVERY?
Respecto al servicio delivery, dijo que será normal porque los restaurantes ubicados en la ciudad sí están preparados, debido a la pandemia la mayoría ahora trabaja con este servicio que está ayudando en la recuperación de los negocios.
 
Los empresarios del sector gastronómico y hotelero esperan las nuevas disposiciones del gobierno de Francisco Sagasti, que a pesar que los afecta, acatan desde el primer día de declarada la emergencia sanitaria.
 
LA ESTRATEGIA DE SOLUCIÓN NO PROMETE MUCHO
Tratando de buscar una alternativa de solución a lo que se vendría, se le preguntó al gerente regional de Comercio Exterior y Turismo, ¿cuál es el camino a seguir? y respondió, “todo va de la mano con la salud, sino hay salud, no hay turismo, entonces las personas tienen que interiorizar que cuando más infectados haya esto repercutirá directamente en el destino turístico lambayecano y en todo, absolutamente en todo”.
Asimismo, lamentó el incremento de contagios, lo cual –dijo– no es bueno para el sector, “esperemos hasta el 31 de enero, que ya no falta mucho, el Estado peruano evalúe seriamente esta situación, por lo menos nos lleve quizá a tomar unas medidas paliativas, pero no lleguemos a la cuarentena, sería terrible, ahí en realidad estaríamos exponiendo al destino turístico lambayecano en un serio problema, no podríamos lamentablemente levantarnos”.
 
LAMBAYEQUE, EN EL NORTE, EL MÁS AFECTADO
Otro punto flaco en medio de toda la desgracia y estado de emergencia sanitaria producto del Covid-19, es la gran desventaja a nivel de ingresos económicos que Lambayeque tiene.
Para explicar esto, Julio Fernández mapeó de inmediato la macrorregión norte conformada por 8 regiones: Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Ancash, San Martín, Cajamarca y Amazonas.
“Obviamente nosotros como región no tenemos ningún canon, ni pesquero, ni petrolero, ni minero, a diferencia de nuestros hermanos de Piura, Cajamarca, La Libertad que sí cuentan con estos canon, realmente estamos en desigualdad de condiciones, nosotros solo vivimos de tres actividades económicas: agricultura, comercio y turismo, y adicionalmente vivimos de lo que el Estado Central nos da como recursos, no tenemos otros ingresos como los hermanos que están a nuestro alrededor”, acotó.
 
PÉRDIDAS DE S/ 3 MILLONES EN HOTELES Y RECREOS CAMPESTRES
La Industria también dialogó, al respecto, con el directivo de la Asociación de Hoteles Restaurantes y Afines de Lambayeque (AHORA), Dante Díaz Vásquez, quien mencionó que los restaurantes campestres y aquellos que se ubican en las playas permanecen con desventaja, ya que no pueden recibir a su público.
Estimó que durante este verano las pérdidas económicas llegan a 3 millones de soles, de los restaurantes campestres y ubicados en playas.
El anuncio del Gobierno es la inmovilización social de lunes a sábado desde las 7:00 p.m. a 4:00 a.m., y queda prohibida la circulación de autos y personas los días domingos para evitar contagios del Covid-19.
Sostuvo que muchas personas ya se adaptaron al servicio delivery, pero otras prefieren ir al restaurante a cenar, algo que ya no pueden hacer. Entonces los negocios optan por cerrar, siendo menos horas de atención al público lo que equivale a menos ingresos.
“Hay familias que gustan de pasar un momento al aire libre en el campo, por ejemplo, un día domingo en un restaurante campestre y ahora no lo pueden hacer”, comentó.
 
 

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