Para fortalecer la descentralización se requiere atender la demanda principal que es la descentralización fiscal, sostienen especialistas, tras celebrarse los 18 años de haberse instituido el Día de la Región Lambayeque.

 

Este 1 de diciembre se cumplieron 18 años de un nuevo aniversario de creación de la Región Lambayeque, como consecuencia de la descentralización en el Perú, que sin embargo, cuyo proceso sigue siendo un reto pendiente de cumplir.

 

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) señala que los gobiernos regionales son las instituciones más débiles del país en capacidad tributaria y coordinación. Sin embargo, son responsables de más del 40% del gasto público.

 

Es decir, les corresponde mucha posibilidad de decisión, pero los recursos del gobierno regional no son esfuerzo propio, sino un traspaso desde el gobierno central.

 

Precisamente el sociólogo Luis Espejo Morante señala que la descentralización continúa siendo más un deseo que una realidad, aún. Considera, además, que sigue siendo una expectativa aún sin respuesta ante tantas preguntas planteadas a lo largo de todos estos años.

 

“Para actualizar el tema de la descentralización, primero se debería de evaluar el proceso y segundo, que es importante, es que se tiene que atender a la demanda principal, que es a la descentralización fiscal”.

Sustenta que lo que se ha hecho probablemente es descentralizar funciones, derivar responsabilidades, pero como han señalado algunos especialistas, es que si no hay descentralización fiscal, no hay columna vertebral del proceso.

 

Plantea también que la descentralización necesita ser representativa, pero también participativa. Es decir, debe estar representada por las instituciones del Estado, pero también articuladas a la población, a la comunidad regional en el caso de Lambayeque.

 

“Por ello la generación del bicentenario demanda de sus autoridades un comportamiento acorde a lo que demandan las instituciones, como la modernización en la gestión, pero también que hagan más espacio a la comunidad nacional”.

 

Para Elías Pinglo Risco, jefe de la Oficina Regional de Transparencia Pública de Lambayeque, “tal como está la descentralización es un mito. No existen regiones en el Perú”.

 

En ese sentido, coincidiendo con el sociólogo Luis Espejo, señala que solamente contamos con gobiernos regionales que no tienen autonomía presupuestal y siguen atados al cordón umbilical del Gobierno nacional.

 

“Solamente se persiste en acusar a los gobiernos regionales de incapacidad de gasto, pero nadie se preocupa de solucionar su imaginaria presencia en la gestión pública. Sin autonomía en la gestión de sus recursos no se puede exigir resultados que estén de acuerdo a la razón de su existencia”.

 

Precisa que en el caso del Gobierno Regional de Lambayeque solo se alimenta de recursos ordinarios, que son los que concede el tesoro público. Y su manejo está controlado por el Ministerio de Economía y Finanzas a través del Sistema Integrado de Administración Financiera SIAF.

 

“Nada se paga sin sustento. Casi no se tiene recursos directamente recaudados que por naturaleza deben emplearse en el mismo servicio que los motiva. Y no se goza de canon minero ni petrolero, solo de un mínimo concepto de canon pesquero. Ni canon energético, que fue una de las expectativas del Proyecto Olmos y del cual nadie se acuerda ya”.

 

Finalmente, el secretario general del Sindicato Unitario de Trabajadores de la sede del Gobierno Regional de Lambayeque, Elmer Rivas López, señala que la descentralización tenía un fin muy bueno, es decir, cederle funciones a las autoridades regionales y locales.

 

“Eso se dio y en varios sectores, lamentablemente con la incapacidad de las autoridades y más, con estas autoridades del Gobierno regional se han perdido bastantes oportunidades de ejecutar precisamente esas partidas que se daban con vías a la descentralización”, sostiene.

 

Recuerda que, por ejemplo, Provias firmó un convenio con el Gobierno Regional de Lambayeque para hacer mantenimiento de vías en Lambayeque donde el Gobierno central transfería las unidades ejecutoras a los gobiernos regionales para que estos califiquen, hagan expedientes técnicos y mejoren la red vial departamental, pero “eso se perdió por negligencia e incapacidad del gobernador regional”