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Publicado el Martes, 24 de Noviembre del 2020

No se debe descartar intensas lluvias para el verano

Las zonas urbana y rural no están preparadas para soportar intensas lluvias.
A pesar que actualmente hay pronósticos de una sequía y las condiciones atmosféricas, más la Temperatura Superficial del Mar (TSM), así lo confirman, no deberíamos olvidarnos lo que sucedió a finales del año 2016, advierte Carlos Balarezo Mesones, exjefe regional de Defensa Civil.
 
Balarezo Mesones recuerda que hace cuatro años, 30 días después de haberse declarado en emergencia por déficit hídrico, la región Lambayeque y otras regiones del norte del país fueron declaradas en emergencia, pero esta vez por lluvias e inundaciones a raíz de la presencia del denominado Niño Costero.
 
El Niño Costero de 2016-2017 fue un evento muy fuerte que afectó a las naciones sudamericanas de Perú y Ecuador.
 
Este fenómeno se caracteriza por el calentamiento anómalo del mar localizado en las costas de estos países. Este calentamiento se produjo en forma súbita y no pronosticada, a diferencia de otros fenómenos, que se comienzan a manifestar con varios meses de anticipación.
 
Carlos Balarezo refiere que a partir de enero de 2017 la TSM empezó a subir de manera anómala, llegando a niveles incluso superiores al de un fenómeno El Niño.
 
Normalmente en un fenómeno de lluvias, la TSM empieza a subir 3 o 4 meses antes del inicio de la temporada de verano.
 
Balarezo dijo que este fenómeno está vinculado al cambio climático, ha sido poco estudiado en su origen y es por este motivo que se puede repetir.
 
“Hasta el momento prácticamente se estaría confirmando un año con pocas lluvias, pero de todas maneras hay que estar preparados con los almacenes abastecidos con ayuda humanitaria, motobombas operativas”, precisa.
 
La prevención, a nivel rural y del ámbito de las ciudades debe ser una tarea permanente y debería estar incorporada a todos los Planes de Desarrollo Urbano, de tal manera que el crecimiento de las ciudades sea sostenible y cada vez tengamos menos población en condiciones de vulnerabilidad ante desastres.
 
“Lamentablemente en estos momentos la vulnerabilidad ante posibles lluvias es alta, pues casi no se han ejecutado obras de prevención y las descolmataciones realizadas no garantizan que los ríos, en especial La Leche y Motupe, no se vuelvan a desbordar, habiendo sido todas estas actividades observadas por la Contraloría General de la República, que ha encontrado perjuicio al Estado en los trabajos ejecutados en los ríos La Leche y Olmos”, señala.
 
De igual manera, exjefe regional de Defensa Civil dice que las obras que se ejecutarán bajo la modalidad de Gobierno a Gobierno con recursos de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) van a tener un tiempo de demora de por lo menos dos años, pero se ha solicitado se acorten los plazos de ejecución tal como sucedió en las obras de los Juegos Panamericanos.
 
“Bajo esta modalidad se realizarán obras de prevención en los ríos La Leche y Motupe y la obra del Drenaje Pluvial en Chiclayo Metropolitano”.
 
Actualmente, el aforo del río Chancay y otros ríos están muy por debajo de sus caudales históricos para la época, el reservorio también está con muy poca agua almacenada, lo que no garantiza una campaña agrícola normal, teniendo en cuenta que se tiene que priorizar el agua para consumo de la población.
 

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