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Publicado el Domingo, 04 de Octubre del 2020

Las 13 ánimas benditas que ayudan durante la pandemia

Los creyentes llegan para pedir que termine la pandemia del coronavirus.
En la calle Juan Manuel Iturregui de Chiclayo se ubica una capilla con las 13 ánimas benditas, con más de cien años de antigüedad, que nadie deja de visitar, más aún en este tiempo de pandemia.
 
Muchos transeúntes deciden visitar porque consideran que es el espacio exacto para pedirle a otras ánimas lo más deseado en oraciones y silencios de reflexión.
 
La Industria visitó la capilla, donde las personas llegan con velas en mano para orar y pedir por el cese de esta pandemia. Algunos piden por el alma de su familiar que falleció a causa del covid y a otros les toca rezar por los vivos.
 
“Soy creyente de estás ánimas, siempre me va bien cuando las visito, en esta ocasión vengo a pedir que esta pandemia ya pare, quiero que cuiden a mis familiares y me den vida para seguir cuidando de ellos”, dijo don Luis Prado Siesquén.
 
A diario son cientos de personas que llegan a este lugar de oración denominado “las trece almitas”, para expresar sus peticiones.
 
“Desde hace dos meses yo visito el lugar, vengo a pedir por mi salud y la de mi familia”, expresó Rosa Fernández Sánchez.
 
Todos sin excepción pueden ingresar, solo se necesita voluntad, creer y orar según las peticiones que se tenga.
 
Las familias que viven en esta casa, cuentan que siempre hay visitas, pero luego de la cuarentena son más las personas que llegan para rezar, encienden velas, cantan, lloran, agradecen y retornan.
 
Las paredes de la capilla están impregnadas de miles de placas, como significado de agradecimiento de sus fieles. Hasta este lugar han llegado diversos políticos y artistas.
 
Su historia
Cuenta la historia que por el año 1908 un predicador católico colocó una gran cruz en la zona de Patazca, para que los pobladores se acerquen y hagan sus oraciones.
 
Un diluvio acabó con el 90 por ciento del lugar. Semanas después los rescatistas solo pudieron encontrar 13 cráneos enterrados entre los escombros. La cruz quedó intacta y los fieles de otros lugares colocaron los cráneos junto a ella para que se pudiera recordar el hecho y a las víctimas de la tragedia.
 
Desde entonces miles de fieles han visitado el lugar. Algunos han donado más cráneos como signo de agradecimiento por las concesiones. Hoy el lugar alberga más de 40 cráneos, pero 13 de ellos fueron los que dieron inicio a esta peculiar devoción.
 

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