Con el pasar de los meses es inevitable no encontrase con población venezolana en las calles de Chiclayo y en realidad en toda la región. Durante la emergencia muchas familias se vieron obligadas a mendigar para sobrevivir.
Algunos se dedican a vender algún producto o limpiar los vehículos, pero otros prefieren ubicarse en una esquina con niños en brazos para pedir la colaboración de los transeúntes.
La gran mayoría de los venezolanos abandonaron sus hogares y familias con la esperanza de encontrar una vida mejor en Perú, pero encontraron una situación desfavorable en esta pandemia. Buscan la creación de un albergue para contar con alimentación y abrigo para sus familias.
La representante de Mujeres Refugiadas y Migrantes de Venezuela, Orleans Tovar Herrera señaló que los extranjeros es uno de los sectores más afectados en la emergencia sanitaria, pues aquellas personas que habían conseguido algún trabajo ya sea formal o informal fueron despedidos o les han redujeron sus sueldos, causando el incremento del hambre.
Explicó que, si bien han sido respaldadas por la Comisión de Movilidad Humana de la Diócesis de Chiclayo, siempre existe la necesidad de atender a más población. Se elaboró un padrón, mediante el cual se puede identificar quiénes son las familias migrantes más vulnerables.
El decano del Colegio de Sociólogos, Juan Dávila Cisneros mencionó que la situación de pobreza aumentará no solo en población venezolana sino en peruanos; quienes antes de la pandemia vivían en situación de pobreza y ahora será en situación de extrema pobreza.
“Las proyecciones y de acuerdo a como se presenta el escenario es que, la pobreza va a aumentar y tiende a afectar a los sectores más desfavorecidos, siendo los migrantes y la gente con menos recursos quienes van a sufrir más”, advirtió.
Estimó que en la región Lambayeque el aumento de la pobreza será hasta en un 50% del total de la población, lo que conllevará a ver más indigentes y ambulantes así como de personas que cometan actos al margen de la ley o la moral.
