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Publicado el Jueves, 06 de Agosto del 2020

Comercio informal se apodera de las calles

Alrededores del mercado Modelo de Chiclayo, está lleno de ambulantes.
Antes de la emergencia sanitaria, el comercio informal no fue controlado por la Municipalidad Provincial de Chiclayo (MPCh), luego con la reactivación de las actividades económicas el 1 de julio, levantada la cuarentena por el nuevo coronavirus, la situación empeoró y deja la impresión que será duro combatirlo.
 
El número de vendedores en las calles de la ciudad se presenta de forma desmedida, pero también en los alrededores del mercado Modelo, principal centro de abastos de Chiclayo, donde es inevitable que se cumpla las medidas de prevención ante el covid y tengan éxito, al parecer, toda orden judicial de ordenamiento. Los comerciantes venden sus productos en el suelo, pero otros ya instalaron sus mesas y sombrillas.
 
El secretario del Sindicato de Comerciantes Minoristas, Ciro Suxe, señaló que antes se podía estimar a 3 mil comerciantes ambulantes, pero ahora el número puede ser más de 6 mil; quienes venden todo tipo de productos, incluido alimentos.
 
Precisó que no solo está de por medio la salud de los comerciantes formales que están cumpliendo con los protocolos de bioseguridad sino la de los mismos informales y por supuesto de los miles de compradores.
 
La Industria se comunicó con el gerente de Seguridad Ciudadana de la MPCh, Luis Miranda Orué; quien cumple aislamiento en su domicilio desde el 11 de julio y fue duro en evaluar la realidad de Chiclayo.
 
Precisó que desde que inició el estado de emergencia, laboró con poco recurso humano, porque muchos se contagiaron y fueron aislados.
 
El funcionario reconoció que fue imposible desalojar al 100 por ciento a los comerciantes, pero asegura que sí se ordenó. Dijo que los comerciantes entendieron que debían ordenarse en filas, de tal manera que se permita el libre pase de vehículos y personas, pero a partir de las 5:00 p.m. todos deberían retirarse.
 
“Desde que salí porque me contagié con covid, asumió como el gerente (e) de Seguridad Ciudadana, el subgerente de Fiscalización, César Vílchez, pero no se ha hecho ningún tipo de trabajo, no se continuó ni con el empadronamiento ni ordenamiento. El trabajo ha retrocedido, incluso están sacando las rejas de varios puntos. Si bien es cierto, antes había ambulantes, pero no había sombrillas, carretas, mesas y respetaban espacios, ahora ni siquiera se puede caminar”, cuestionó el funcionario edil.
 
El funcionario dijo que el trabajo que avanzó junto con el personal, se fue al tacho en los últimos 25 días, y además fue claro en mencionar que el servicio de seguridad ciudadana es para la población; quien paga por un servicio, no para el alcalde. “No es para estar preguntando dónde está el alcalde y enviar el patrullero”, comentó Miranda Orué.
 
“Da cólera porque uno se ha sacado el ancho, para recuperar los espacios, eso ha tenido un costo y sacarlo así, de cuajo, lo mínimo que se debió hacer es mantener el trabajo que se había logrado, pero no descuidarlo. Ahora como está la municipalidad con la falta de personal, será difícil empezar desde cero, con este retroceso será difícil recuperar el trabajo”, advirtió Luis Miranda.
 
Recordar que, en noviembre del 2019, el funcionario fue herido en la cara con un objeto punzocortante, mientras lideraba un operativo de recuperación de calles. Ahora evalúa la presentación de su renuncia irrevocable al cargo que ostenta.
 
Continuamente recibe material que comprueba el avance del comercio informal, incluso ahora ya se permite la venta de comidas en la calle Teniente Pinglo. “Eso desanima, arriesgar mi vida y la de mi familia por servir a la ciudadanía. Yo me he contagiado trabajando, en estos últimos días que restan de mi cuarentena voy a pensar muy bien, para tomar una decisión (en el municipio chiclayano)”.
 

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