Los vehículos categoría M2 y M3 volvieron a circular y el terminal Epsel de Chiclayo reabrió sus puertas, pero con los protocolos de bioseguridad para evitar la propagación del Covid-19.
Actualmente está operando el 30% de las empresas; es decir, de las 42 que trabajaban antes de la emergencia, ahora solo operan 28.
De los 900 vehículos, hasta ayer eran 277 unidades que ingresaron al terminal de Epsel.
La subgerente de Transportes del municipio chiclayano, Melissa Campos Díaz, específicamente que la reapertura fue hace dos días, previamente se reunió con los gerentes de las empresas de transportes para acordar las medidas que deben adoptar.
Las llantas de los vehículos deben ser desinfectadas antes de ingresar al terminal. Se controla que solo ingrese los vehículos que integran la empresa registrada por la comunidad, teniendo en cuenta que previamente ingresó vehículos informales o taxis para dejar al pasajero.
La función específica que se debe respetar la puerta de entrada y salida de los vehículos, así como la señalización tanto interna como externa.
Está prohibido el comercio en el interior del terminal, así como los llenadores.
El vehículo puede llevar a cabo el 100% de su capacidad, pero debe cumplir con el protocolo, es decir el protector de plástico y la desinfección constante. El pasajero debe usar el tapaboca siempre y ser desinfectado de pies a cabeza antes de abordar.
Se ha señalizado el área de carga y descarga, de tal manera que el pasajero pueda esperar que llegue el vehículo, mantenga el distanciamiento.
Campos Díaz precisa que se cuenta con dos inspectores de tránsito y una camioneta que está en la zona, para controlar no solo en el interior del terminal sino en el exterior, porque los informales buscan estacionarse para llenar sus vehículos.
"La camioneta está circulando en la zona y los inspectores controlando, ahora los informales no pueden ingresar al terminal y tratar de jalar a los pasajeros", respondió.