La sagrada imagen del Divino Niño del Milagro Eucarístico --que simboliza la aparición ocurrida el 2 de junio de 1649 en Perú-- recorrió en una movilidad las principales calles de Ciudad y Puerto Eten. El sacerdote e integrantes de la hermandad fueron caminando con trajes especiales contra el Covid 19, guardando la distancia y repartiendo 1,000 rosarios donados por un devoto para tal ocasión.
La procesión estuvo encabezada por el párroco de Ciudad Eten, Eleuterio Vasquez Gonzales, Padre "Lute", quien en base a estas demostraciones religiosas y la profunda fe de la población hacia la Eucaristía, desde hace varios años promueve que Eten se convierta muy pronto en Ciudad Eucarística.
“Son 371 años de ese gran regalo que Dios le dio a Ciudad Eten y a todo el universo. El mundo está sufriendo pero el hombre no se destruye por sufrir, sino por sufrir sin ningún sentido. El sufrimiento lo vamos experimentando, nos da más sabiduría, más resistencia, más compasión, más respeto y eso nos hace vivir. No dejemos de luchar, de pedir, de ayudar. Les pido de corazón que nos unamos en oración para que pronto Eten sea declarada Ciudad Eucarística. Con la oración sabemos cuál es nuestra meta: el encuentro con el que nos dio la vida y para llegar a este encuentro hace falta alimentarnos con la Eucaristía”, señaló padre Lute durante la misa celebrada al finalizar el recorrido de la imagen.
El anda, en la que aparece una custodia y en el centro la imagen del pequeño Jesús en la hostia, fue llevada en una camioneta. A pie, el sacerdote bendecía a todos los fieles que desde sus puertas, ventanas o balcones, saludaban el paso de la procesión. Muchos portaban réplicas del Niño del Milagro y de otras imágenes, otros se arrodillaban emocionados y llenos de fe. Recordemos que la sagrada imagen fue bendecida en el 2018 por el Papa Francisco durante su visita al Perú; desde esa fecha se ha incrementado la devoción al Niño del Milagro.
Fue el 2 de junio de 1649 --mientras se celebraba la víspera de la Fiesta de Corpus Christi—que por primera vez apareció en la hostia consagrada el Niño Jesús con cabello rubio, vestido con una túnica granate. Una segunda aparición ocurrió el 22 de julio, del mismo año, durante la misa oficiada en honor a la patrona de Ciudad Eten, Santa María Magdalena. Esta vez el Niño Jesús vestía una túnica morada y luego la visión se transformó en tres corazones entrelazados entre sí. La interpretación dada a esta última aparición fue que simbolizan el amor del Padre con su Hijo, bajo la inspiración del Espíritu Santo.