Hace algún tiempo vi una película llamada Epidemia del año 1995 de Wolfgang Peterson, en la que se puede apreciar la aventura existencial de un grupo humano que se ve atacado por un singular virus. Se hace alusión a la fiebre hemorrágica por Ebola, dado su gran parecido con la enfermedad ficticia creada en esta película producida por el virus Motaba.
La película se inicia con un incendio en un pueblo de África, en el cual una familia de monos escapan del incendio y se internan en la selva. Un joven norteamericano Jimbo recoge un mono, no sabiendo que este mamífero era portador de un raro y peligroso virus llamado “motaba”. En el viaje el mono escupe a Jimbo y lo contagia con el virus, a través de la saliva. Al llegar de su viaje va a visitar a un vendedor de animales, quien también es contagiado por el mono. El negocio no se concreta y decide liberar el mono en un bosque.
Luego Jimbo tiene tos, fiebre y malestar general. Al llegar de su viaje se encuentra con su enamorada, a quien contagia al besarla. Este virus se diseminaba en todos los órganos y destruía las células, provocando la muerte del afectado.
El vendedor de animales va a una sala de cine y contagia a los espectadores cuando estornuda; y así gran parte de la población, incluso el personal de salud que no está implementado con los atuendos de bioseguridad es afectada con el virus, hasta que un investigador logra elaborar un suero contra el virus.
Esta película nos ofrece una lección, en la que se demuestra la rapidez con la que se puede contagiar las personas con el virus y se da una epidemia sin control sino se dan los protocolos para evitarla.
El corona virus 19
Hay variadas producciones cinematográficas que reproducen acciones similares. Seguramente que dentro de algunos años la cinematografía nos presentará historias, testimonios sobre el ahora denominado Coronavirus (Covid-19) que está trayendo desolación y muerte en todo el planeta.
Este virus iniciado en China y dispersado en Italia, España, Estados Unidos y en diversas partes del mundo, nuestro querido Perú no escapa de sus consecuencias. Hace ya algunas semanas que se vienen tomando las medidas necesarias para erradicar de nuestra sociedad este salvaje virus.
Vivimos días especiales que nos ha sacado de nuestros esquemas comunes y nos ha llevado a una situación temporal que esperamos pronto llegue a su fin. Todo esto ha de ayudarnos para recoger lo positivo de este accionar y aprender de lo vivido con mucha paz y tranquilidad que nos hemos de perder, a pesar de las dificultades serias que vivimos.
La responsabilidad es nuestra para implementar hábitos de bioseguridad valiosos que nos ayudarán en nuestra diaria convivencia humana, para el debido manejo de los agentes infecciosos. Obedezcamos a nuestras autoridades que quieren nuestro bien y velan por el bien común lo presentado en la película.
Semana mayor 2020
El año litúrgico nos presenta la Semana Santa y la llama Semana Mayor, en la que se medita los misterios de la vida, pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Sucede en días especiales en los que hemos de tomar decisiones personales sostenidas que nos ayuden a cuidar nuestra salud y la de los nuestros, en especial de nuestros adultos mayores y personas de frágil salud, que están más expuestas a la elevada mortalidad de este virus.
Se acercan los días santos llamados Triduo Pascual en los que hemos de tener presente de manera muy especial a Dios, nuestro Padre, que nos ha enviado a su Hijo querido para darnos vida y vida en abundancia. El Jueves santo recordaremos la Misa Crismal en la que en todas las Catedrales del mundo el Obispo consagra los oleos de catecúmenos, santo crisma y el óleo de los enfermos. En este año, por obvias razones se realizará en otra fecha. Por la tarde o noche rememoraremos la Misa de Institución del Sacramento de la Eucaristía, en la que se nos enseña a ser solidarios, humildes, sencillos de corazón y disponibles para las labores de servicio a nuestros semejantes.
El Viernes santo recordaremos la muerte de Cristo y dentro de nuestras posibilidades, procuremos vivir este día de sacrificio y penitencia. La Iglesia nos exhorta a vivirlo con el ayuno y abstinencia. El Sábado santo en horas de la tarde o la noche la Iglesia nos invitará a recordar la Vigilia Pascual, glorioso día que conmemora la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Mucha gente, en la actualidad, está pasando muchas dificultades materiales y suplicios, agravados por este Coronavirus.
Permitámonos vivir estos días especiales, de una forma muy particular; en los que la meditación y la reflexión han de estar muy presentes y con mucha intensidad. Oremos y mantengámonos en diálogo con Dios y los hermanos. Estamos dispensados de asistir a los oficios sagrados de cultos en nuestra Iglesia. Diversos instrumentos para vivir mejor esta Semana Santa los encontramos en los medios tecnológicos que tenemos a nuestra disposición.
Valoremos los momentos que nos toca vivir en auténtico espíritu de familia y sincera fraternidad, que nos lleve a deponer actitudes poco gratas y reconciliémonos en verdadero y profundo encuentro personal y familiar con el Dios Amor, que nos enseña a amar a los hermanos.