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Publicado el Domingo, 13 de Octubre del 2019

“Rocky” se aferra a la vida

Luchando contra lo que parecía ser un final anticipado. Sigue a la espera de la ayuda de todos nosotros

 “Le hemos puesto Rocky”, exclamó uno de los niños que jugaba fútbol en la plataforma cercana a donde desde hace tres días, bajo un árbol, agonizaba un perrito de tono caramelo con el hocico y las orejas color negro. El parque de Atusparia, en el distrito de José Leonardo Ortiz, es testigo de lo que al parecer sería un desenlace fatal más de la falta de sensibilidad de los conductores de vehículos hacía los animales.

Acostado, y con la pata izquierda rota, el can ni se “inmutaba” ante la presencia de extraños que se acercaban para ver cuál es el motivo de su inmovilidad prolongada, sobre el césped y rodeado de moscas. “Rocky” disipó el “miedo” a las personas ante la necesidad de ser ayudado. Huesudo y sin una muestra cercana de alimento reciente, perdió la fuerza para menear la cola. Solo quería seguir durmiendo.

Bastó estar cinco minutos a su lado para darse cuenta que a nadie le interesó lo que estuvo pasando. Y cuando se dice nadie, se incluye a los efectivos de la comisaría de Atusparia, donde lo único que argumentaron fue que “no es su competencia” ¿Y la Ley de protección animal? ¿quién la hace cumplir?.

La sede leonardina del Ministerio Público, a menos de 20 metros de “Rocky”, lucía abarrotada de gente, pero el “apuro” de sus labores hizo percibirlos como insensibles ante una vida de un animalito, que se esfumaba poco a poco y que al igual que las personas tienen derecho a vivir.

El artículo 7, de la Ley N° 30407, ‘Ley de Protección y Bienestar Animal’, promulgada en enero del año 2017, indica que “el Estado, a través de los sectores competentes, establece las medidas necesarias para la protección de los animales de compañía, de manera que se les garantice la vida, la salud y vivir en armonía con su ambiente, igualmente asegura un adecuado y responsable trato”.

Sin embargo, lo que se evidencia como una ley con “letra muerta” se extiende aún más, donde la invocación es explícita. Artículo 22: “Se prohíbe el abandono de animales en la vía pública, por constituir un acto de maltrato y una condición de riesgo para la salud pública. Los gobiernos regionales y locales quedan facultados para disponer los mecanismos necesarios a fin de controlar el abandono de animales e imponer sanciones”.

Mary Colina Moreno, representante del Albergue SOS Alma Animal de Chiclayo, aseguró que su organización no tiene los recursos económicos para poder atender a Rocky, aun cuando existe la voluntad. La rescatista de animales se comprometió a publicar en sus redes sociales el caso de “Rocky”, para que alguien de buen corazón pueda brindar ayuda a la brevedad; consciente que cada minuto que pasa, la situación empeoraba.

Dejamos a “Rocky” una bolsa de comida como muestra de que anhelamos su mejoría; y plasmamos en estas páginas la necesidad de generar sensibilidad en las personas hacia los animales, cual sea su condición, raza, tamaño o color. Sensibilidad intrínseca de un ser humano, no impuesta por una ley. Depende de nosotros que más perritos como “Rocky” no sigan muriendo a diario, frente a nosotros.

RESPONDIERON

Sobre el final de la presente edición se conoció que “Rocky” fue rescatado por Refugio Animal, una entidad sin fines de lucro que se dedica a salvar de las ‘garras’ de muerte y la indiferencia a las mascotas en vulnerabilidad. Ahora el can necesita de apoyo de todos para solventar sus gastos de recuperación, y que pronto vuelva a menear la cola con la felicidad que tuvo, antes de este episodio sombrío.

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