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Publicado el Domingo, 01 de Marzo del 2020

Mágica y enigmática Isla de Pascua

Si hay un lugar apacible y donde te puedes desconectar de todo, este se llama Rapa Nui

 Te sentirás en otro mundo. Un lugar pequeño, apacible, cálido y misterioso, así se podría definir a la Isla de Pascua o Rapa Nui (Chile). Aquí no hay televisión por cable, internet ni te dan ganas de ingresar y ¿radio? Pues solo escucharás música Rapa Nui, de origen polinésico que es una especie de ritmo hawaiano, ula ula, muy relajante y sensual.

Son seis horas en avión que nos separan de este mágico lugar, partiendo de Lima. Al llegar a su pintoresco aeropuerto ya sientes que estás en Rapa Nui porque te reciben colocando un collar en tu cuello (tipo luau) y toda su decoración está hecha con madera, artesanía local, desde una ballena tallada, hasta otros objetos más pequeños y toda la señalética hecha de este material.

Al salir rumbo a tu hospedaje descubrirás un pueblo hermoso, calles ordenadas y limpias, cabañas de madera es el único tipo de vivienda aquí. Cada una en un espacio amplio, ya que muchas tienen ahí mismo sus animales como caballos, cerdos o vacas. Y por supuesto, los Moais (misteriosas esculturas gigantes).

En el hospedaje te reciben con un precioso collar Rapa Nui y te dan la llave para tu cabaña donde pasarás unas vacaciones de ensueño, junto a hermosos jardines donde también velarán tus sueños los enigmáticos Moais.

 

EMPIEZA LA AVENTURA

A pasear se ha dicho. Te sorprenderá la amabilidad de sus lugareños hasta para darte el pase cuando cruzas una pista. Si bien es cierto, los autos no son muchos, pero cuando quieres pasar de una acera a otra, el carro para su andar y no inician la marcha hasta que estés del otro lado, con su respectivo saludo.

Desde ahí ya empiezan a sorprenderte. Rapa Nui es un lugar rodeado de misterio, su aislamiento extremo en medio del Océano Pacífico es tal vez su mayor atractivo. Caminando por sus calles llegas a orillas de una playa, donde encontrarás los primeros gigantescos Moais.

Es fácil quedarse horas contemplando el inmenso mar, acompañado (a) de tus gigantes amigos, así como caballos que corren por una explanada verde cerca a la orilla de la playa.

Ni te preocupes por la noche, porque aquí se oculta el sol a las 9:00 p.m. Sí hasta en eso tiene su magia el ocaso del astro rey.

 

LOS MOAIS Y SU HALO DE MISTERIO

Los mismos habitantes nos cuentan que historiadores, científicos, aventureros y visitantes en general, desarrollan cientos de teorías diferentes para tratar de entender lo que fue la cultura Rapa Nui y responder a las preguntas de cómo se hicieron, y sobre todo, cómo se trasladaron esas enormes esculturas de piedra.

Las teorías incluso llegan a afirmar que la única forma en que se pudieron transportar esos gigantes de piedra a lo largo de toda la isla, fue con la ayuda de seres de otro planeta.

Los moai constituyen la expresión más importante del arte escultórico Rapa Nui y se han convertido en parte de su identidad.

La tradición oral cuenta que el arte de esculpir estatuas de piedra ya era conocido por los primeros pobladores polinesios entre el 400 y 800 d.C.

El nombre completo de las estatuas es Moai Aringa Ora, que significa “rostro vivo de los ancestros”. Estos gigantes de piedra fueron hechos por los Rapa Nui para representar a sus ancestros, gobernantes o antepasados importantes, que después de muertos tenían la capacidad de extender su “mana” o poder espiritual sobre la tribu, para protegerla.

Aunque muchas teorías se han planteado al respecto, el traslado de estas enormes y pesadas estatuas es todavía el mayor misterio sin resolver de la Isla de Pascua.

 

CERCA A LAS CABEZAS GIGANTES

Los tours te llevan a recorrer incluso un volcán inactivo, una extensión donde se ubican las cabezas más representativas, algunas de las cuales parece que fueron abandonadas antes de terminarlas por cualquier amenaza que haya caído sobre la población.

También podrás ver el moai más grande que no fue retirado de su cantera.

Luego de admirar las misteriosas esculturas pasearás por una hermosa playa “Anakena”, donde la arena blanca y el mar azul te fascinarán y no dejarás de darte un chapuzón en estas aguas cristalinas.

 

UN BAILE CON LOS LUGAREÑOS

No dejes de ir a los espectáculos que son una experiencia inolvidable. Empezando por el pintado de tu rostro igual que ellos y luego, ya lista para la ocasión, apreciar sus danzas, deleitarte con el coqueteo y zigzagueante contorneo de caderas, y como no, dejarte invitar a danzar con ellos.

Este es uno de esos viajes que querrás repetir aunque sea una vez más, sobre todo cuando te aturda el estrés, el ruido y el caos de la ciudad, y deseas estar sentado (a) al lado de un Moai, respirando la brisa marina, mirando el ocaso del sol en las aguas cristalinas, y saboreando una exquisita empanada gigante de atún (típica del lugar), eso es en pocas palabras Rapa Nui.

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