Si de hablar de lugares impresionantes se trata, y que al menos una vez en la vida debes visitar, no debe escapar de tu lista las cataratas de Iguazú. No te arrepentirás de hacer este viaje a una de las maravillas naturales del mundo cuya majestuosidad te dejará sencillamente sin palabras.
La manera más fácil de hacer el viaje desde el Perú es la ruta Lima-Foz de Iguazú (Brasil), vuelo directo, cuya duración es de cuatro horas. Recuerda que en Brasil llevan dos horas de adelanto, por lo tanto, si sales a las 12:00 del día, llegarás a las 6:00 de la tarde, que en hora peruana serían las 4:00 p.m.
La ciudad de Foz de Iguazú te dejará gratamente impresionado, ya que es pequeña, pero muy desarrollada, sumamente atractiva, limpia y ordenada, pero sobre todo muy turística, con un sinnúmero de hoteles para todos los gustos y bolsillos, restaurantes en el mismo nivel, establecimientos de comida rápida, bares, discotecas, centros comerciales y demás atractivos turísticos para visitar, como el Parque de las Aves, Museo de Cera, Valle de los Dinosaurios, Ice bar (bar de hielo), Maravillas del Mundo, la Mezquita, el Hito de las Tres Fronteras, el Templo Budista, entre otros.
Como verás, aburrido no estarás nunca en esta ciudad (sin contar el lado argentino), así que se necesita por lo menos una semana para recorrer con paciencia cada una de las atracciones, claro está, después de contemplar por lo menos dos días, las impresionantes cascadas.
Hasta las lágrimas
Sin exagerar y sin darte cuenta cuando estás frente a la furia de las cataratas, hasta lágrimas de emoción brotan de tus ojos. No es exageración, muchos turistas lo sienten así.
Seguramente antes de emprender un viaje investigas. Pues sí, muchas experiencias relataban esta sensación, ante las cuales se debe confesar, uno se siente un tanto incrédulo. Sin embargo, cuando estás frente a frente a tal intensidad de agua que con furia cae desde lo alto, sobre todo la famosa Garganta del Diablo, sin pensarlo junto al “baño” literal que te das cuando recorres las cataratas, los ojos también experimentan esa emoción tan grande, que de verdad, es difícil explicar.
Claro está que el atractivo principal son las cataratas del lado brasilero y del lado argentino. El de Brasil te ofrece unas vistas panorámicas que te dejarán perplejo desde el inicio de las pasarelas. El argentino te acerca a los saltos, que prácticamente llegas a tocar el agua.
“Sendero Macuco” o “La gran aventura”
Hay un tour imperdible. Anda con toda la convicción que experimentarás cosas nuevas y si eres un aventurero cien por ciento, esto te encantará.
Estar debajo de las cataratas y sentir toda el agua que cae sobre tu cuerpo como una gran ducha gigante, no tiene precio. Es adrenalina al máximo; de hecho hay temor y curiosidad, pero sobre todo, es altamente divertido e indescriptible.
Este tour lo puedes encontrar en ambos lados (argentino y brasilero). En Brasil se llama “Sendero Macuco” y en Argentina, “La gran aventura”. Eso sí, lleva una muda completa, ya que terminarás empapado de pies a cabeza. Hay vestidores y casilleros donde podrás dejar tus pertenencias con total seguridad, ya que al paseo en bote solo puedes ingresar con tu cámara GoPro y si llevas tu celular no olvides la funda para agua, si no quieres que se averíe.
Garganta del Diablo
Otro imperdible en el lado argentino es la Garganta del Diablo, conjunto de cascadas de 80 m de altura que se desprenden hacia una angosta garganta, la cual concentra el mayor caudal de las cataratas del Iguazú, siendo a su vez éstas las de mayor caudal del mundo.
La garganta del Diablo está localizada en la frontera de la provincia de Misiones, en el Parque Nacional Iguazú (Argentina), con el Parque Nacional do Iguaçu del estado de Paraná, Brasil.
La leyenda dice que el nombre Garganta del Diablo refleja el amor entre una princesa y un príncipe guaraní, relación que desató la envidia del diablo, quien transformó a la mujer en cascada y al hombre en vegetación que la rodea, para condenarlos a una eternidad cercana, pero sin contacto.
No lo pienses más, Iguazú te dejará sin aliento, hay tanto que hablar que el espacio queda corto; anímate, esas experiencias viajeras quedarán en tu retina y corazón por siempre.