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Publicado el Jueves, 30 de Enero del 2020

Devuelven la sonrisa a 50 pacientes con labio leporino

En los últimos 10 años, un equipo de profesionales de la salud extranjeros ha devuelto la sonrisa a más de 500 pacientes.

 En los últimos 10 años, un equipo de profesionales de la salud extranjeros, especialmente de Estados Unidos ha devuelto la sonrisa a más de 500 niños, niñas y jóvenes procedentes de sectores vulnerables de la región Lambayeque, tras operar gratuitamente a pacientes médicamente aislados con labio fisurado y paladar hendido.

Nuevamente este año, Lambayeque recibe a un equipo de 40 profesionales de la salud de Estados Unidos, Colombia e Inglaterra que desde el 25 al 31 de enero, empezaron una nueva Gran Campaña de Cirugías gratuitas para niños y adultos con labio leporino y paladar hendido, luego que en octubre del 2019 se ejecutara el programa de evaluaciones a nuevos pacientes y seguimiento de los beneficiarios anteriores para ver su progreso.

Las operaciones de los especialistas foráneos se desarrollan en el Hospital Belén y en el Hospital Regional de Lambayeque donde se beneficiará a 50 pacientes. En Estados Unidos el costo de estas operaciones oscila entre 6 y 10 mil dólares, que familias de escasos recursos de Perú no pueden financiar.

En estos 10 años, han operado a pacientes desde los tres meses de edad hasta los 40 años, dándose prioridad a los menores. “Para el problema de paladar la edad ideal de cirugía es de un año a los 18 meses donde está desarrollada su boca y están listos para esta operación”, anotó uno de los especialistas.

La cirujana plástica Jessyka Lighthall manifestó que el momento que le da mayor satisfacción es presentar a los padres por primera vez la cara reparada de sus niños. “Al ver ellos a sus pequeños con una cara diferente, es un momento muy bello, pues en un par de horas se cambió la vida de los niños y de la familia”, subrayó.

Por su parte las madres de familia Cinthia Guanilo Deza y Marjorie de Bances, expresaron su eterna gratitud a los profesionales extranjeros que permitieron que sus pequeños Christofer (1 año) y Daniel (8 meses), puedan ver la vida con otra cara y con mucha esperanza.

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