Dos veces al año se quema la caña de azúcar en el distrito de Pomalca, lo que genera humo y cenizas, esta situación ha conllevado a que la Municipalidad pida mediante documentos la intervención del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).
“Quizás como es empresa privada no tienen mucho interés por intervenir, pero a la municipalidad sí se le exige mejorar los resultados por limpieza pública, recojo de residuos sólidos y el relleno sanitario. El periodo de quema se hace dos veces al año por campo, son varios campos”, acotó y agregó que OEFA debe ser incisivo con el sector privado.
“No tiene lógica que se prohíba la quema de muñecos y pirotécnicos, cuando la empresa azucarera quema la caña de azúcar; hacemos la denuncia, pero queda ahí nomás”, agregó el burgomaestre.
Otro de los problemas, es con las ladrilleras que funcionan de manera artesanal, utilizando llantas y otros productos inflamables que provocan humaredas.
Sobre este tema, se interpuso una denuncia en la Fiscalía del Medio Ambiente, y como primera etapa se acordó con un estimado de 20 personas dedicadas a las ladrilleras, que iban a cambiar de herramientas y materiales que usan para la quema de ladrillos; sin embargo, dicho acuerdo duro poco y se incumplió.
“Se formalizó una investigación contra 20 personas dedicadas a la fabricación de ladrillos de manera artesanal, siendo los afectados los moradores del sector Sol de Pomalca, a ellos la Fiscalía les tomo sus declaraciones, llegando a acuerdos que finalmente se incumplieron”, aseveró.
El consorcio el Progreso ejecuta una obra de instalación de agua y desagüe en el sector La Unión, pero no estaban haciendo uso de la partida destinada para la mitigación de daños por el tema ambiental porque los trabajos generan polvo y zanjas.
La municipalidad cuenta con una compactadora, un volquete y 6 motos furgones para realizar la limpieza pública. También con obreros dedicados al barrido y recojo de residuos sólidos, que son llevados al botadero de 15 hectáreas, ubicado a 4 kilómetros del distrito.
El área que se utiliza como botadero es de propiedad de la empresa azucarera, por lo que se busca que sea transferido a la municipalidad para gestión la construcción de un relleno sanitario.