Por fin Colombia ha declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el pecio del galeón San José, hundido cerca de Cartagena de Indias en 1708 en un combate contra una escuadra inglesa. La decisión la tomó el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC), a petición de la vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez. Tras esta declaración, el pecio se considera yacimiento arqueológico indivisible.
Para darle apariencia legal a sus planes, Santos tramitó la Ley 1675 de 2013, que abrió la puerta para que las empresas cazatesoros operasen en Colombia. Y puso al frente del Instituto de Patrimonio a Ernesto Montenegro, pieza clave en la puesta en marcha del proyecto que iba a extraer 55.555 piezas diarias para cumplir el ritmo anticientífico impuesto por MAC. Para Juan Guillemo Martín, “la columna vertebral del proyecto de Santos, que era el pago con parte del hallazgo, obviamente se cae”.
Bajo esa ley de 2013, recuerda Martín, “se diseñó la Alianza Público Privada (APP), un contrato público para saquear el galeón San José, que era el interés particular de MAC”. En la empresa figuraban conocidos cazatesoros nombrados como científicos, como Mensun Bound, o Roger Dooley. Este último fue el autor de las bases de reparto del oro (al peso) que sirvieron para construir la APP.