Chiclayo continúa siendo una provincia sin desarrollo, pero sí con graves problemas que son notorios conforme transcurren los días y más aún estando cercano los días festivos.

 

El decano del Colegio regional de Sociólogos, Juan Dávila Cisneros explicó que la gestión del alcalde Marcos Gasco Arrobas no cuenta con equipos técnicos de profesionales que trabajen por el desarrollo de la ciudad, puesto que continuamente hay cambios.

 

“Tal como vemos, el personal de las gerencias cambian continuamente, están meses y luego se van o son rotados, no hay un equipo fijo que logre consolidar algo. Estos cambios impiden el desarrollo de la provincia, pensábamos que el alcalde debe tener mínimo dos a cinco personas para que maneje el municipio, pero no se ve nada de eso”, acotó.

 

Explicó que la comuna chiclayana registra una baja ejecución presupuestal, situación que se repite en otros gobiernos, pero no es por la falta de dinero, sino por la falta de capacidad para ejecutarlo. “En pocas palabras, dinero sí hay, pero no se sabe cómo ejecutarlo”.

 

El desorden e inseguridad que se vive en el mercado Modelo, es uno de los principales problemas para la ciudad, por lo que el decano de esta orden profesional dijo a la autoridad municipal debe hacer hasta lo imposible para aplicar el ordenamiento, cumpliendo no solo la sentencia judicial sino con los chiclayanos, quienes merecen vivir en una sociedad tranquila y ordenada.

 

“Tiene que existir orden, pero también ver como se aplica la sentencia sin afectar a los demás. La municipalidad tiene que ofrecer opciones para que los comerciantes se retiren de la zona que están invadiendo”, expresó.

 

La seguridad ciudadana es otro de los puntos a trabajar, pero el tema debe ser tratado entre la municipalidad, policía y vecinos.

 

“Si hablamos de seguridad es totalmente negativo porque no existe ese control policial, es una debilidad, lo que conlleva a que los turistas antes de venir pongan los peros. Deberíamos ver como la policía se organiza con la sociedad civil para lograr esa ciudad segura y respetuosa”, acotó.

 

Dávila Cisneros comentó que en la actualidad se ven robos y arrebatos a plena luz del día y en el centro de Chiclayo.

 

Mientras que la situación continúa, aún es peor en la zona rural, en pueblos jóvenes, donde la policía no llega.

 

“Antes se trabajaba bastante con participación vecinal, es decir hacer que los vecinos aporten en este trabajo de seguridad ciudadana a través de las juntas vecinales, por ejemplo. Creo que todos estamos prestos a trabajar para tener un ciudad segura”, puntualizó.

 

El servicio de limpieza pública aún no mejora y la responsabilidad no solo es de la municipalidad sino de los mismos vecinos, siendo una responsabilidad compartida.

 

“El municipio contrató y desembolsó una alta cifra de dinero para el alquiler de maquinaria, pero no vemos ahora los cambios, la basura sigue en las calles”, observó y agregó que conforme se limpian las calles, es necesario educar a la población no solo para que no arroje basura a las calles sino para que respete los horarios del pase del camión recolector.

 

El sociólogo también hizo referencia a los servicios de agua y alcantarillado, que está a cargo de la Entidad Prestadora de Servicios de Saneamiento de Lambayeque, pero que los problemas de desabastecimiento y colapso continúan.

 

El Consejo Regional de Decanos, donde también participa el Colegio de Sociólogos, presentaron la propuesta de ayuda al alcalde Gasco Arrobas para encaminar la gestión, pero hasta ahora no hay respuestas.